El juez ordena el cierre del casal de una falla de Aldaia

El juzgado de lo contencioso-administrativo número 9 de Valencia ha dictado un auto que ordena el cierre cautelar del casal de la falla Villarrobledo de Aldaia, situado en la calle del Jardín, en pleno Barrio del Cristo. La medida, recurrible, queda en vigor hasta que disponga de licencias de apertura y medioambiental, que podrían tardar tres meses. El litigio se inició cuando dos un matrimonio, que vive encima, denunció ruidos. La falla, con sus 320 componentes, sostiene que respetan los horarios y que insonorizaron buena parte del local. Asimismo, junto al resto de comisiones, firmó un protocolo para evitar molestias al vecindario. Pero la falta de una legislación específica para casales les ha perjudicado. Pascual Carrasco, presidente de la comisión, ha manifestado su temor de que al tener el local cerrado dejen de obtener ingresos y no puedan pagar los mil euros de la hipoteca de compra. Considera que "será posiblemente el mejor acondicionado de todas las fallas de Valencia". Todos los vecinos consultados les han dado su apoyo destacando su buena sintonía con el barrio y distintas personas les han ofrecido un local por días. David Solís, presidente de la Junta Local Fallera, considera que la medida es "excesiva, sabiendo que está en trámites para tener la licencia. Vamos a exigir a la Junta Central Fallera que hable con la Generalitat para que haga una licencia específica para casales. No es un bar, ni un pub, ni una discoteca". La alcaldesa, Empar Navarro, destaca que "tenían toda la documentación como asociación y se han ido adaptando a los cambios de normativa, que cumplen a rajatabla. El problema es que los casales no tienen nada regulado, son como una discoteca. Esa normativa no la cumple ningún casal de la Comunitat Valenciana, nadie tiene licencia de apertura. Hay un vacío legal respecto a la peculiaridad de un casal fallero."