Fallece Ramón Arnau, el académico que impulsó la traducción del misal al valenciano
Fue deán de la Catedral de Valencia 12 años y uno de los miembros con más personalidad e ingenio de la Acadèmia de la Llengua
J. C. F.
Sábado, 29 de noviembre 2008, 04:24
Ramón Arnau García, don Ramón, que era como le conocían todos sus compañeros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) falleció ayer, a los 82 años de edad. Su muerte cogió por sorpresa a la institución normativa del valenciano, que ayer mismo celebró una sesión plenaria de carácter ordinario sin la presencia de Arnau y que conoció el fallecimiento de su compañero al terminar la reunión. Don Ramón estaba mayor, pero su vitalidad, sus ganas de trabajar y su carácter de buena persona no hacían pensar que su muerte fuera tan inminente. Ayer, sobre las 11 de la mañana, se precipitó el desenlace. La Acadèmia pierde a uno de sus miembros con mayor personalidad. Ramón Arnau nació en Alberique hace 82 años. Catedrático emérito de la Facultad de Teología y ex deán de la Catedral de Valencia durante 12 años, era doctor en Teología por la Universidad de Munich. Tal era su conocimiento de esa lengua que cuentan los que le conocieron bien que, con motivo de la última visita del Papa Benedicto XVI, Don Ramón habló con él en alemán. Autor de muchas obras de teología y humanidades, fue consultor del Secretariado Pontificio para los No Creyentes. Recibió la Gran Cruz de Sant Raimundo de Penyafort y el título de Protonotario Apostólico. Asimismo, fue miembro de la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) y dentro del Arzobispado formó parte del Consejo Presbiterial y de la comisión diocesana de Misiones. En la Catedral de Valencia fue miembro durante tres décadas del Cabildo como canónigo. De carácter abierto y noble, Don Ramón se ganó el cariño de todos los miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Propuesto como miembro de esta institución desde su puesta en marcha, hay incluso quién asegura que también jugó un papel determinante en la puesta en marcha de esta institución -cuya ley de creación se aprobó en 1998, tras el dictamen elaborado por el Consejo Valenciano de Cultura (CVC)-. Fuera o no así, el carácter de Ramón Arnau venía como anillo al dedo a una institución creada con el objetivo de aparcar de las disputas políticas la promoción y enseñanza del valenciano. Don Ramón era un enamorado del valenciano, de su historia y de que todos la utilizaran tantas veces como fuera posible. Y era perfectamente consciente de que en un organismo como la AVL era posible llegar a acuerdos y lograr que la lengua valenciana alcanzara el grado de normalidad que necesitaba. Quizá por eso, y por su vinculación con la Iglesia, jugó un papel determinante en la aprobación, por parte de la AVL en 2002 de la traducción al valenciano del misal. Arnau, y otros ocho académicos, tradujeron directamente del latín al valenciano los textos litúrgicos. La traducción contó con el respaldo unánime de la institución normativa del valenciano, que de inmediato la elevó al arzobispado con el objetivo de que validara sus contenidos -los eclesiásticos, no los lingüísticos, obviamente-. Pero el proceso se embarrancó. Tanto que la muerte de Don Ramón le ha pillado sin que todavía exista un pronunciamiento por parte del arzobispado. En 2004 se anunció desde este organismo la puesta en marcha de una comisión que analizaría la traducción al valenciano de los textos litúrgicos. Lo esperado era que cuando esta comisión aprobara el documento, éste se remitiría a la Conferencia Episcopal y de allí, al Vaticano, que tendría que dar el aprobado definitivo. A partir de ese instante, el documento litúrgico en valenciano podría ser utilizado en las misas dominicales que se celebren en las diócesis de Valencia, Segorbe-Castellón y Orihuela-Alicante. Don Ramón no ha llegado a verlo. Ayer, tanto el Gobierno valenciano como la propia institución normativa del valenciano mostraron sus condolencias por el fallecimiento de Arnau. Ascensió Figueres elogió "la gran personalidad de Arnau que ha amado hasta el final de su vida la cultura y la lengua de su pueblo". El actual deán de la Catedral, Juan Pérez Navarro, sucesor de Ramón Arnau tras su jubilación en 2003, destacó "su gran amor por la Catedral, a la que quería profundamente". El funeral tendrá lugar hoy a las 16.00 horas en la Catedral de Valencia.
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