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C. VELASCO
Miércoles, 10 de diciembre 2008, 08:55
El Palau de les Arts se ha de apretar la partitura. La crisis no perdona ni tan siquiera a los grandes. El Reina Sofía tiene que afrontar, como una familia más, la restricción del gasto ante la pérdida de financiación. Son menos los patrocinadores dispuestos a colaborar para que la música suene al final del río Turia. En los últimos meses, cinco empresas han abandonado el apoyo económico al Reina Sofía. No quieren invertir en la batuta que domina la intendente Helga Schmidt. Han salido del escenario del Palau de les Arts la constructora valenciana Ocide, el grupo inmobiliario Onofre Miguel, la empresa Lladró, la firma Llanera y Grupo Roig. Se han caído del cartel ante la situación de recesión económica. Esta situación obligará a la responsable del Reina Sofía a buscar otros apoyos económicos si, como aseguró en la última rueda de prensa ante los medios de comunicación, quiere mantener el nivel de calidad de las producciones del coliseo diseñado por Santiago Calatrava. La marcha de esponsores agudiza la situación económica del Palau de les Arts porque no son los únicos que han decidido bajar el telón de la financiación: la Conselleria de Cultura también ha recortado la subvención. Son 25 millones de euros los destinados al auditorio, según consta en los presupuestos de la Generalitat para el año 2009. En 2008, esta cuantía ascendió a 31 millones. La consellera de Cultura, Trini Miró, justificó el tijeretazo económico porque, a su juicio, los grandes auditorios operísticos del mundo se nutren de patrocinios privados. Estos deben complementar el puntal de la ayuda pública que, en el caso del Ministerio de Cultura, aumentará, según el compromiso de César Antonio Molina. El objetivo del ministro es incrementar el apoyo de los actuales 1,5 millones de euros a los 5 millones. Tal incremento será progresivo y a lo largo de los próximo cuatro o cinco años. Y hasta entonces, ¿qué? Schmidt tiene dos opciones: la primera mantener los patrocinadores para evitar la huida y la segunda es buscar esponsores nuevos. Que mire a sus homólogos de Madrid y Barcelona no sólo para confeccionar una programación de primera línea sino para reunir avales. El Reina Sofía suma ahora 26 esponsores. El número máximo de patrocinadores (entre benefactores, esponsores y patronos) fue de 31 empresas. El respaldo de estas firmas aportó más de 4,3 millones de euros. La dedución lógica es sencilla: menos patrocinadores, menos ingresos económicos. Alejado de sus rivales La crisis no decide su víctima, porque afecta al Teatro Real, al Liceo y al Reina Sofía. A diferencia del Palau de les Arts, los otros auditorios operísticos gozan de un libreto económico más asentado. Tanto el teatro de Madrid como el de Barcelona duplican el número de patrocinadores del coliseo valenciano. Un total de 59 empresas avalan la música que suena en el Teatro Real, que, además, cuenta con 19,1 millones de euros del Ministerio de Cultura. Casi 13 millones recibe el Liceo de Barcelona del departamento que dirige César Antonio Molina, según los presupuestos generales para el próximo año. El auditorio catalán, además, cuenta con más de 80 firmas en su cartera de mecenazgo, patrocinadores, benefactores y esponsores. Que los responsables del Reina Sofía se miren en los espejos del Teatro Real y del Liceo no sólo para equiparar el nivel operístico, sino también económico.
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