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LAURA GARCÉS
Jueves, 18 de diciembre 2008, 08:43
La Iglesia ha iniciado en Valencia una ofensiva contra los "abusos de la ciencia". La campaña gira en torno al contenido de la instrucción que acaba de dar a conocer la Santa Sede y que instruye sobre distintas cuestiones de bioética partiendo del "sí a la vida humana" y con la finalidad de "prevenir ciertos abusos" en el ámbito científico. El documento que ha suscitado la movilización transmite la doctrina de la Iglesia en apartados como técnicas de ayuda a la fertilidad, fecundación in vitro, inyección intracitoplasmática de espermatozoides, congelación de embriones y óvulos, diagnóstico preimplantatorio, creación de bebés medicamento y reducción embrionaria. La presentación, ayer, de la Instrucción es el primer paso de la ofensiva emprendida para conseguir que la "sociedad se sensibilice" ante estas cuestiones" del mismo modo que lo está en asuntos que escapan "a la moralidad relacionados con el cuidado del ecosistema o las investigaciones con fines bélicos", adelantó Enrique Benavent, Obispo Auxiliar de Valencia. El documento, que analiza los últimos adelantos científicos y recuerda la doctrina de la Iglesia, "no va contra la ciencia ni sus avances, sino que pretende prevenir ciertos abusos cuando el desarrollo científico no va acompañado por una valoración ética", aclaró Benavent. La instrucción analiza "cómo los avances científicos han ido acompañados en muchas ocasiones con ataques contra la vida humana". El Arzobispado de Valencia es el primero de España que ha presentado la instrucción. A partir de ahora se desarrollarán distintas acciones para darla a conocer. Así, está previsto iniciar en breve reuniones con movimientos como el foro de los laicos y comisiones pastorales como las de educación católica o salud. Todo ello para "llegar" al mayor número de personas posible, tal como confirmaron desde el Arzobispado. Esperanza en la ciencia Además, el cardenal Arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, dedicará algunas de sus cartas pastorales de los domingos a divulgar la esencia de la doctrina. De hecho, la carta del próximo domingo lleva por título "La Iglesia con la ciencia". En la misma García-Gasco transmite a la opinión pública el mensaje que Benedicto XVI traslada con la instrucción . En su misiva, el cardenal destaca que la Iglesia "mira con esperanza la investigación científica y desea que sean muchos los cristianos que contribuyan al progreso de la biomedicina". García-Gasco matiza esta afirmación con una llamada a los profesionales de la salud a actuar con responsabilidad ética y social. "El valor ético de la ciencia biomédica se mide en referencia al respeto incondicional debido a cada ser humano, en todos los momentos de su existencia, y en referencia a la tutela de la especificidad de los actos personales que transmiten la vida". Las dos cuestiones referidas por el cardenal conforman los "noes" y los ''síes" a los que Benavent aludió durante la presentación. El obispo destacó esa dicotomía insistiendo en que el escrito del Vaticano no encierra "un conjunto de noes", pues si bien existen "prohibiciones morales frente a ciertas prácticas, el tono del documento es un sí a la vida y un sí a la dignidad de toda persona humana". Benavent apuntó que el principio que inspira la última disposición de la Santa Sede es que a "cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la dignidad de la persona". Frente a ello situó las técnicas que convierten al ser humano en "un sujeto susceptible de manipulación", como la fecundación in vitro. Recordó la postura de la Iglesia en la defensa del "acto matrimonial como única forma digna de reproducción, ya que un hijo debe ser engendrado y no producido". Benavent hizo un llamamiento a evitar la "tentación de nuevos tipos de esclavitud vinculados a los avances". Citó la congelación de embriones, "donde los seres son utilizados como objetos al servicio de otros seres en base a decisiones tan injustas que no vislumbran ninguna solución moralmente justa o lícita". Tener un hijo con fin curativo Recomendó actuar con prevención ante la "confusión de los deseos con los derechos porque cualquier medio no es lícito para alcanzar un deseo, aunque este se refiera a tener un hijo o curar una enfermedad". Según el prelado, la instrucción encierra interés para las personas católicas y para quienes no son creyentes. Para los primeros, porque plantea "el magisterio de la Iglesia" y para los segundos, porque "contribuye al debate ético y social de principios moralmente razonables". En la presentación de la intervino Justo Aznar, director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica. Aznar consideró que la nueva Instrucción "abre inmensas facetas médicas, todas ellas biológicamente posibles, médicamente aplicables y éticamente recomendables". El doctor José Ángel Mínguez, jefe clínico de Maternidad de La Fe, hizo hincapié en el "reconocimiento de la dignidad de la persona, la unidad del matrimonio, que implica un respeto mutuo y el derecho de los cónyuges a convertirse en padre o en madre solamente el uno a través del otro; y el valor específico de la sexualidad humana, que exige que la procreación de una persona sea querida como fruto del amor entre los esposos". lgarces@lasprovincias.es
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