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ALBERTO MARTÍNEZ
Domingo, 28 de diciembre 2008, 11:26
Protagonizó uno de los culebrones del verano. Tomás Carmona encabezaba el grupo empresarial andaluz que pretendió comprar el Levante a través de una operación que resultó dantesca. Cuando daba la sensación de que sólo faltaba la firma ante el notario para cerrar el traspaso accionarial, todo se fue al traste. -¿Siente envidia al ver que otros se han llevado el gato al agua? -La verdad es que sí. Pero, con todo el respeto y el reparo, hasta que no lo vea no me lo creo. No entiendo que se pueda cerrar una operación tan importante como la compra de un club y seguir en el anonimato. Pero ya veremos. A esperar. -Hay un acuerdo de confidencialidad y los nuevos propietarios dicen que quieren darse a conocer por sí mismos. ¿Aun así tiene sus dudas? -Todo es posible. Yo entiendo que se tienen que presentar ellos. Pero conozco tantas cosas de ahí... Cuando se presenten se verá si realmente el interés es por el Levante o por cualquier otra cosa. Pongo en cuarentena todo esto. Yo creo más en las causalidades que en las casualidades. Que se haga un 24 de diciembre, a tres días de la junta... Esta mañana me he entretenido mirando foros y la gente está escéptica. Se dice que puede ser estrategia. O es una estrategia común o por parte de los compradores. Pero, con el currículo de Romero y Villarroel, te puedes esperar cualquier cosa. -¿Ha seguido las negociaciones? -No. Se dice que ellos han vendido por tres millones y a nosotros nos pedían siete, porque querían que pagásemos la deuda de Villarroel. Ojalá salga bien, pero soy escéptico. Si yo compro un club para relanzarlo, lo anuncio a bombo y platillo. No entiendo este secretismo. -¿Conoce algo de los misteriosos empresarios? -Si es el mismo grupo con el que hablaron en verano, el único interés que tenía era el patrimonio. -¿Qué ha pasado para que esta negociación haya acabado bien y la suya se torciera? -Hay veces en que en los negocios lo importante no es el dinero. Que me quisieran meter en el contrato de compraventa al gerente de la Fundación, Emiliano Carballo... Querían meterme dos o tres nóminas que no venían a cuento, hubo ocho o nueve cambios de contrato... Cosas para no dormir. Teníamos un preacuerdo en que se valoraba la deuda en 62,5 millones. Nosotros decíamos que por encima de esa cifra la responsabilidad era asumida por los anteriores administradores. Así perdimos dos meses. Y ahora se habla de una deuda de 85 millones. -¿Por qué no acudieron a la notaría cuando fue a firmar el presidente del Levante, Julio Romero? -Se presentaron sin cita previa. Jamás quedamos ningún día a ninguna hora. Llevan haciendo muchas cosas de cara a la galería. Nos faltó que nos echaran un cubo de agua caliente para que nos fuéramos de allí. -Pero cuando Romero firmó ante los medios el último contrato, parecía que ya nada podía pasar. -Una cosa es lo que se firma en público y otra muy diferente lo que se envía luego. Habían puesto unas cláusulas que no podíamos aceptar. Una de ellas decía que nosotros éramos conscientes del buen hacer del consejo anterior. -Desde el club se dice que esta negociación ha llegado a buen puerto porque ha habido más seriedad. -¿Ellos pueden hablar de seriedad? ¿Pueden hablar de algo? Ahora supuestamente han conseguido lo que querían, salirse de rositas del Levante, aunque aún tengo mis dudas... -¿Lo que más les llamó la atención a ustedes era la mina que suponía la recalificación del estadio? -No. Ya lo expliqué. A nosotros nos valía como escaparate para las operaciones que solemos hacer. Si cogemos un club en ruinas y en unos meses lo saneamos y lo subimos a Primera, es una gestión brillante. Ese era el objetivo. Pero yo no metería 60 millones en el Getafe, porque no tiene ningún patrimonio. La garantía de la operación era el patrimonio del Levante. Nunca había entendido por qué no iba gente a comprar el Levante con los activos que tiene, pero después de mi experiencia sí lo entiendo. Ibas a comprar algo y no sabías lo que ibas a comprar. -Los compradores tienen intención de levantar una Ciudad Deportiva más cercana a Valencia. -Es algo fundamental para enganchar a la gente. Nosotros teníamos al menos tres pueblos muy cercanos a Valencia dispuestos a cedernos los terrenos para una Ciudad Deportiva. Y en Buñol había una previsión de recalificación en suelo industrial muy inminente, a dos años vista. Esa superficie estaba valorada en unos 18 millones, mientras que Orriols, entre 150 y 180 millones. -El otro día aseguró a LAS PROVINCIAS que pretendía volver a intentar la compra del Levante. Supongo que ahora ya por fin se dará por vencido. -Voy a ver lo qué pasa. En 30 días vamos a estar por Valencia. Vamos a ver si todo es verdad y sus intenciones. Y dependiendo de eso, retomaríamos el tema. Si es bueno para el Levante, encantado. Y si no, pues ahí estaremos. A mí no me gusta dejar las cosas a medias y nunca descarto nada.
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