

Secciones
Servicios
Destacamos
MAITE MONTALT
Domingo, 28 de diciembre 2008, 03:15
Carla ha protagonizado con tan sólo ocho meses su primer desfile. La intención de esta mestiza de labrador no era hacer gala de su belleza, sino encontrar un hogar. De poco le sirvió. La crisis ha llegado también a las adopciones de animales abandonados y a pesar de su elegancia en una pasarela organizada en la perrera de Paterna este mes, no hubo nadie que se la llevara a casa. Como ella, otros muchos animales tendrán que esperar a mejores épocas para hallar un nuevo dueño. Mientras tanto, las perreras de Valencia, Paterna y l'Horta Nord, así como las instalaciones de San Antonio de Benagéber gestionadas por la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, no dan abasto. "Refugio saturado", reza un cartel a las puertas del último centro mencionado. En el resto, el panorama es el mismo. La inestabilidad económica que afecta a los bolsillos de los ciudadanos ha puesto freno a las adopciones de canes. La razón no es el precio de los animales, ya que las adquisiciones son gratuitas, tan sólo se debe abonar el coste del microchip y vacunas, sino la "inseguridad laboral", según apunta Pilar de la Peña, portavoz de RefugioCan, ong que gestiona las perreras de Paterna y de L'Horta Nord. Según esta representante, en los últimos seis meses se han reducido las adopciones en un 50 por ciento. El no saber si cerrará la empresa en la que se trabaja y el querer reducir gastos, aunque sea el de la comida de los perros, ha hecho que la gente decida no aumentar el número de integrantes de la familia. Según De la Peña, también ha provocado que se produzcan más abandonos, en su opinión, porque la gente se ve obligada a irse de alquiler y muchos propietarios no admiten animales. Este binomio ha provocado que las perreras estén "a tope", apuntan desde RefugioCan. A pesar de ello y dadas las fechas en que estamos, defienden las adopciones responsables "porque los perros no son un juguete". Desde la Sociedad Protectora de Animales y Plantas advierten que tiene un "problema grave de saturación". En este caso, su secretaria, Asunción Trillo, indica que la gente cada vez está más concienciada, pero a pesar de ello están bajando el número de adopciones. En su refugio, situado en San Antonio de Benagéber, llegan a haber entre 25 y 30 perros en las jaulas más grandes y en las más pequeñas unos seis. Los cuidadores se ven obligados a clasificar a los canes por tamaño y carácter para que no se produzcan problemas. A estas instalaciones van a parar muchos de los animales que ya no caben en la perrera de Valencia y a él llegan también anímales tanto de l'Horta como de Camp del Túria. Gracias a los dos centros que gestiona la sociedad, 941 perros han encontrado un nuevo hogar en lo que llevamos de año. Sin embargo, esto supone 214 adopciones menos que en 2007. En el caso de los gatos, las cifras son más preocupantes, ya que se ha reducido el número de felinos que han tenido una segunda oportunidad en 564 respecto al año anterior. Estos datos han provocado que las oenegés agudicen el ingenio para tratar de encontrar nuevos dueños a los animales que están a su cargo. Así, en Refugio Can ya han organizado dos pasarelas de perros abandonados.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.