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La cultura del ladrillo en la costa y la sequedad de los ríos causan la erosión

S. MASCARELL

Lunes, 12 de enero 2009, 03:12

Tradicionalmente se ha echado siempre la culpa de la erosión de las playas a los puertos y brazos de mar. Pero esta es tan sólo una de las variantes que influyen en el desequilibrio de las corrientes marinas y el tránsito natural de la arena. El estudio de la dinámica del litoral, realizado por la Universitat Politécnica de Valencia bajo la dirección del catedrático de Puertos Josep Serra, apunta otros dos causantes importantes de la erosión marina. El primero es la gran presión urbanística en la costa y el hecho de que los ríos de la Comunitat han dejado de aportar áridos a las playas. En los últimos 50 años, prácticamente toda la primera línea de playa desde Dénia hasta Cullera ha sido construida. Las edificaciones se han realizado sobre la arena, "con lo que la pérdida de áridos para que circulen de forma natural entre las playas es importantísima", indicó Serra. A esto se suma el hecho de que muchas de las construcciones son elevadas y cambian el comportamiento de las brisas, un factor que también ayuda a alterar el proceso natural de la deposición de arena. La presión urbanística a la que está sometida la costa valencia en general, y la de la Safor en particular, no hace sino contribuir a la regresión del litoral. Los efectos más inmediatos son varios, como la destrucción de los cordones dunares "que convendría regenerar". Lo que hasta ayer era una hipótesis "que la cercanía entre construcciones y arena perjudicaba la costa", hoy queda corroborado. La construcción de presas y los cambios registrados en los ríos valencianos en las últimas décadas han hecho, a su vez, que el traslado de sedimentos hasta las desembocaduras en el mar sea mucho menor del esperado. "Las playas se alimentan fundamentalmente de los áridos que depositan los ríos y ahora ya no tienen esa fuente", explicó el catedrático de Puertos. Serra también apuntó que el encauzamiento del Júcar y el puerto de Gandia son unas barreras que impiden la circulación de arena en el litoral. Ambas construcciones son las que probablemente acentúen la falta de arena en determinadas zonas. Por eso no es de extrañar que los expertos consideren que el litoral entre el puerto de Gandia y el de Oliva es el que peor estado registra junto con el frente litoral de Cullera. Ambas zonas están situadas junto al puerto de Gandia y el encauzamiento del río Júcar. Para el estudio han realizado análisis sobre el clima marítimo y la dinámica marina, los geomorfológicos y de desarrollo urbanístico así como el de la vegetación.

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