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S. MASCARELL
Viernes, 30 de enero 2009, 03:28
La campaña citrícola está yendo muy mal este año pero para el propietario de la finca el Trinquet del municipio de Almoines es todavía peor. En cuestión de 15 días le han robado 20 toneladas de naranja que ya tenía apalabradas para su recolección y posterior venta. El robo se ha producido en dos sesiones y ni la policía local ni el mismo propietario se ha apercibido del robo de un volumen tan importante de cítricos porque la finca tiene unas características especiales. Y es que se trata de una de las explotaciones de cítricos más antiguas de la Safor (para algunos expertos la más anciana) y está toda vallada con un espeso muro de piedras y mortero. Esto hace que los ladrones hayan podido estar recolectando la naranja durante un día o dos sin ser vistos. Según las hipótesis que se han planteado se necesitaría una cuadrilla de unas siete u ocho personas trabajando a destajo durante uno o dos días para recolectar todas esas naranjas. También sería necesario un camión de los más grandes para poder cargar toda la fruta que posteriormente se vende a precio de saldo en algunas fruterías de la Comunitat Valenciana. El robo se hizo en dos tandas. La primera tuvo lugar hace aproximadamente 15 días. En este caso se llevaron aproximadamente unas 1.200 arrobas de naranjas de la variedad navel lane late que se está pagando en el mercado a un precio de entre tres y cuatro euros. Este primer robo supuso una pérdida para el propietario de entre 13.000 y 15.000 euros. El segundo fue menos cuantioso. En este caso se llevaron 600 arrobas de la variedad ortanique lo que supone entre 6.000 y 7.000 kilos. Al parecer, los ladrones cortaban el candado de acceso a la finca y comenzaban a recoger la naranja. almacenaban los cajones en el interior para no ser vistos y por la noche los cargaban en un camión. La cosecha no estaba asegurada contra robo y pertenece toda al mismo propietario que tiene puesta en venta la finca. Esta finca tiene unas características especiales puesto que alberga una edificación antigua. En los últimos meses se han producido numerosas detenciones en la Comunitat Valenciana de personas a las que se les requisaron varias toneladas de cítricos. Sin embargo, esta es sólo la punta del iceberg de las naranjas que se roban en la región. Numerosos Consells Agraris como el de Silla o el del Puerto de Sagunto han exigido a la administración medidas para frenar no sólo la oleada de robo de naranjas sino también la de cobre que se produce en los motores y pozos de los campos. A estas frutas que se venden de manera ilegal se une la que se deja en los árboles por no tener suficiente calidad. Naranjas que se dejan en el campo se reintroducen sin garantías en los canales de venta Fruta que no se recolecta por falta de calidad desaparece de los campos. La interprofesional naranjera Intercitrus acordó en octubre pasado que, a la hora de recolectar naranjas y mandarinas, esta campaña se dejara en los campos, sin recolectar, la fruta que por su aspecto o tamaño sea menos comercial. Sin embargo, muchos citricultores vienen comprobando y denunciando que la parte de cosecha que dejaron colgando de los árboles, por resultar deficiente, ha desaparecido después de sus fincas. Alguien se la lleva de forma sistemática. En paralelo, es fácil comprobar la existencia de un sinfín de fruterías "la mayoría de ellas abiertas en tiempos recientes" que venden a precios de saldo naranjas y mandarinas a granel, sin marca y sin normalizar, que denotan que han llegado directamente de los campos, sin pasar por los canales habituales.
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