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Migración de aves en la Albufera. Foto JOSÉ PENALBA.
Comunidad Valenciana

El esplendor de la Albufera

El censo de aves realizado en el mes de enero registra la presencia de 116.000 ejemplares, la cifra más alta de la última década

J. SANCHIS

Domingo, 8 de febrero 2009, 13:47

El parque natural de la Albufera pasa por un momento de esplendor. El número de aves acuáticas que han escogido el humedal para pasar el invierno es el más alto en los últimos diez años. El censo realizado el pasado mes de enero ha contabilizado 116.539 ejemplares. La elevada presencia de aves se debe, en parte, a las mejoras que se han realizado en los últimos años en la Albufera y a las elevadas lluvias que se han registrado durante el otoño e invierno que han mejorado las condiciones que facilitan el asentamiento. Hay que tener en cuenta que el censo realizado durante el invierno de 2007 registró cerca de 105.000 ejemplares, lo que ha supuesto que en sólo un año el número de aves que hibernan en la Albufera se ha incrementado un 11%. En total, los 116.000 ejemplares censados por los técnicos pertenecen a 76 especies diferentes de aves acuáticas, según los datos que maneja la Conselleria de Medio Ambiente. El registro del número de ejemplares en el parque se enmarca dentro de la realización del Censo Internacional de Aves Acuáticas (IWC) que se cumplimenta de forma coordinada desde 1967 en los humedales europeos y una parte de los asiáticos. Las cifras de este trabajo se encuentran homologadas y son las que posteriormente se emplean para la realización de trabajos de carácter científico. Las labores de campo se realizaron durante los días 14 y 15 de enero por la Oficina Técnica del Parque Natural, dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, el Grupo de Anillamiento de la Albufera y el Ayuntamiento de Valencia. Los ejemplares La gaviota reidora es el ave con mayor presencia este invierno en la Albufera, según los datos que ofrece el censo. Se han contabilizado cerca de 49.000 ejemplares dentro del perímetro de la Albufera. Suele desplazarse al parque para pasar el invierno. Es un ave pequeña que se considera pequeña dentro de su especie. La gaviota reidora se caracteriza porque a principios del invierno (durante los meses de noviembre y diciembre, especialmente) se alimenta de insectos que se encuentran en los vertederos de basura ubicados en las inmediaciones de las áreas metropolitanas. Su comportamiento cambia a partir del mes de enero, cuando se realiza el tradicional fangueo en la Albufera. En ese momento las bandadas de gaviotas reidoras se desplazan para alimentarse de los insectos que surgen con el movimiento de tierras. Las anátidas, comúnmente conocidas como patos, son una de las especies con mayor representación en el parque. La mayor o menor presencia de anátidas en el parque durante el invierno se relaciona directamente con la época en la que se inundan los arrozales. Cuanto antes se producen la entrada de agua en las lagunas, antes aparecen los patos y se quedan ya a pasar el invierno. Este año las lluvias de octubre adelantaron el proceso y el nivel del agua se ha mantenido alto, elemento fundamental para la presencia de los diferentes tipos de patos. Las condiciones que facilitan la presencia de los distintos tipos de gaviota son muy diferentes. Se desplazan hasta la Albufera en la época del fangueo, momento en el que pueden encontrar alimento con facilidad y en cantidad por el elevado número de insectos. La abundancia de agua este año ha propiciado que se haya alcanzado un nuevo récord en la presencia de anátidas. El censo ha registrado 39.000 ejemplares, la cifra más alta en los últimos 15 años. Fuentes del parque explicaron que la presencia de este ave en el parque se mantiene de una forma regular durante el invierno. El censo realizado durante los meses de noviembre y diciembre contabilizó la presencia de 36.000 ejemplares de esta especie. La más numerosa es el ánade real, con 20.000 ejemplares detectadas. Es un ave propia del hemisferio norte y se concentra en Europa, Asia y África y América del Norte. Su alimentación se compone fundamentalmente de vegetales y de pequeños animales acuáticos. En verano complementa la dieta con grano. También se han contabilizado 11.000 unidades de pato cuchara. Según fuentes del parque este tipo de ave no aparecía por el parque desde hace años. Aves limícolas Una de las principales novedades que ha ofrecido el censo de este invierno ha sido el elevado número de aves limícolas que se han desplazado a la Albufera. Se han contabilizado 13.000 ejemplares, cuando se trata de una especie que es difícil encontrar durante esta época en el parque. El avefría (9.124 unidades) y el chorlito dorado son las que cuentan con una mayor presencia. Esta especie se caracteriza por habitar en lugares húmedos y se alimenta de invertebrados que habitan en el fango. El parque se ha convertido así en un lugar de tránsito e hibernación para este tipo de aves debido al clima agradable y a la facilidad con la que pueden encontrar alimento. Precisamente las limícolas son las aves que llegan de países más lejanos. Llegan al parque preferentemente desde los países del norte de Europa, sobre todo de Holanda, Rusia, Alemania o Escandinavia. Un caso diferente es el de la garceta común o la garceta real, que tienen una procedencia más variada. Muchos ejemplares de este tipo de aves pueden permanecer en el parque de la Albufera durante todo el año. Los que emigran en la época invernal proceden de lugares cercanos como la Marjal dels Moros o el Delta del Ebro o, en algunos casos, de Francia y Alemania. El censo de este año ha registrado la presencia de 5.300 ejemplares de garceta común, un tipo de ave que habitualmente no sobrepasa las 3.500 unidades. Entre las especies protegidas destaca la llegada en los últimos inviernos de la garceta grande. Este año se han censado 107 ejemplares frente a los 80 del año anterior. Hay que tener en cuenta que hace sólo cinco años su presencia era muy rara. Esta ave es muy similar a una garza real, pero con el plumaje blanco. Tiene un gran tamaño y puede alcanzar los 75 centímetros. Su presencia se ha convertido en regular en la Albufera desde hace tres años. Se alimenta fundamentalmente de invertebrados que encuentran en el arrozal. Los ejemplares que hay en el parque proceden del delta del Ebro, desde donde se desplazan a otros humedales cercanos como es el caso de la Albufera. La distribución de las aves por el parque no es uniforme. Mientras que los patos se concentran en las lagunas, las gaviotas y aves limícolas prefieren los arrozales, donde el nivel de agua es inferior y facilita su acceso a los alimentos. El censo también ha revelado la presencia de aves rapaces, entre las que destaca el aguilucho lagunero (147 ejemplares). Como singularidades, los técnicos han detectado la presencia de 2 cigüeñas negras, 4 grullas y un porrón acollarado. Estas aves han aparecido por el parque al desviarse de la ruta migratoria habitual. Suelen pasar unos días en el parque mientras descansan y se alimentan. Luego prosiguen su marcha hacia sus lugares habituales de hibernación. jsanchis@lasprovincias.es

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