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Imágenes del plan urbanístico del nuevo barrio de Patraix en Valencia paralizado desde diciembre.
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La crisis frena los proyectos del Manhattan de Cullera, Porxinos y el Gran Manises

Los Ayuntamientos continúan impulsando programas urbanísticos para conseguir ingresosLos Ayuntamientos continúan impulsando programas urbanísticos para conseguir ingresos

J. S.

Domingo, 1 de marzo 2009, 12:49

Los principales planes urbanísticos impulsados durante los últimos años en la Comunitat Valenciana se encuentran paralizados, pese a haber superado los trámites administrativos más complicados. El Manhattan de Cullera, Porxinos, Gran Manises, el nuevo barrio de Patraix en Valencia, las torres de Mestalla, Rabassa en Alicante o Doña Blanca Golf en Castellón son sólo algunos de los planes pendientes. La crisis ha pasado factura al sector de la construcción. Los datos son claros. Según el Ministerio, el precio de la vivienda nueva bajó un 2,1% el año pasado en la Comunitat, aunque el descenso fue mucho mayor en municipios como Torrevieja (18,7%) o Xàbia (14%). Además, en 2008 se inició la construcción de 27.827 viviendas nuevas en la Comunitat, un 66,2% menos que en el ejercicio anterior, según los datos de los colegios de arquitectos valencianos. El caso de la Marina Baixa es ilustrativo. La caída de las ventas en esta comarca, donde el ciclo expansivo del sector de la construcción fue más intenso, rondó el 97,7%. Es más, los promotores alicantinos estiman que sólo consiguen vender una vivienda cada dos meses por edificio construido. Ante esta coyuntura pocos promotores se atreven a iniciar nuevas obras. Una situación bien diferente a la de hace dos o tres años cuando los constructores urgían a los Ayuntamientos y a la Administración autonómica a agilizar la aprobación de los planes urbanísticos. El panorama ha dado un vuelco. Muchos de los planes que demandaban los promotores ya han superado los trámites administrativos. Pero los constructores son ahora los que no impulsan los proyectos. Los grandes perjudicados por la paralización de la actividad han sido los Ayuntamientos. La puesta en marcha de los planes ha supuesto una continua fuentes de ingresos para las arcas municipales que ahora se ha secado. Suspensiones de pagos El desarrollo del Plan de la Bega de Cullera, conocido como el Manhattan, acaba de experimentar un nuevo retraso. El proyecto fue aprobado definitivamente por la Conselleria de Urbanismo en enero del año pasado. Tras el visto bueno de la Administración autonómica, el Consistorio aseguró que después del verano de 2008 empezarían las obras. La fecha se retrasó hasta comienzos de 2009 y ahora se ha demorado hasta fines de año. Una de las empresas propietaria de los terrenos presentó a fines del año pasado un expediente de regulación de empleo porque está afectada por la crisis del sector. El proyecto prevé la construcción de 33 torres de 25 alturas (unas 5.000 viviendas), un hotel de 40 plantas y un puerto deportivo y pesquero. En una situación similar se encuentra la urbanización de Porxinos que incluye la construcción de 2.600 viviendas y la ciudad deportiva del Valencia C.F. El plan está experimentando directamente las consecuencias de la crisis económica. La empresa promotora, el Grupo Nozar, está en una situación delicada por sus dificultades financieras por lo que es bastante improbable que se decida a iniciar las obras en un plazo corto de tiempo. Otro de los macroproyectos afectados es el Gran Manises, que prevé la construcción de cerca de 10.000 viviendas. Recibió la aprobación de la Conselleria de Urbanismo en abril de 2007, poco antes de las últimas elecciones municipales y autonómicas, y hasta el momento no se ha colocado un ladrillo. La promotora es la empresa mixta Tarea, formada por el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) y la constructora alicantina Cívica. Según fuentes del Instituto Valenciano de la Vivienda, en estos momentos la empresa se encuentra recogiendo los informes de las Administraciones afectadas para la redacción del proyecto definitivo. En cualquier caso, las obras no han comenzado. También se encuentra paralizado desde el pasado mes de diciembre el plan urbanístico del nuevo Patraix en Valencia que prevé construir 3.280 viviendas, pero la actuación ha entrado en vía muerta por la crisis. La empresa promotora está inmersa en un proceso concursal, al igual que otras muchas compañías del sector. La situación económica ha afectado a la operación de venta del suelo donde se encuentra actualmente ubicado el campo de fútbol del Valencia CF, Mestalla. El club no encuentra comprador para un terreno, valorado antes de la crisis en más de 300 millones de euros, en el que en principio está previsto la edificación de nueve torres de 16 alturas. La construcción de unas 2.000 viviendas en Parcent aún sigue en el aire. Pese a la feroz oposición que ha encontrado en esta localidad la posibilidad de ejecutar el plan urbanístico, según la Conselleria el Ayuntamiento todavía no lo ha retirado y la Administración autonómica continúa estudiándolo. Nuevos proyectos Pero los Ayuntamientos siguen aprobando proyectos en medio de la crisis sin saber si se iniciarán o no. El Ayuntamiento castellonense de Torreblanca aprobó el pasado mes de diciembre el proyecto de reparcelación Doña Blanca Golf que cuenta con 4.600 viviendas. Las obras tenían que haber comenzado en 2007. El Boletín Oficial del Estado publicó el viernes la aprobación definitiva del proyecto Sant Jordi Golf, que conlleva la construcción de 2.200 viviendas. Ahora sólo resta que la empresa se decida a comenzar los trabajos. Otro de los planes que todavía no se ha iniciado es el de Benicàssim Golf, pese a que el Ayuntamiento ya ha aprobado la reparcelación definitiva, uno de los últimos pasos administrativos. La actuación recibió el visto bueno de la Generalitat en 2001 en primera instancia. Prevé unas 3.000 viviendas. La Conselleria de Medio Ambiente y Urbanismo también aprobó a fines de 2008 la construcción de Dolores Golf, que incluye la edificación de 2.600 viviendas. El Gobierno ha denunciado el proyecto al no contar con el informe favorable de la Confederación Hidrográfica del Júcar. El Ayuntamiento de Alicante, por su parte, aprobó el pasado mes de diciembre el polémico plan parcial de las Lagunas de Rabassa que conlleva la construcción de 13.500 viviendas, de las que más de la mitad serán de protección oficial. Está programada la urbanización de cuatro millones de metros cuadrados. jsanchis@lasprovincias.es

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La crisis frena los proyectos del Manhattan de Cullera, Porxinos y el Gran Manises