Un enorme vertedero para medio millón de personas amenaza un paisaje idílico
La Diputación de Valencia planea instalarlo en el histórico Vall de les Alcusses de Moixent
VICENTE LLADRÓ
Jueves, 5 de marzo 2009, 08:48
Sería un auténtico crimen. Un crimen contra el paisaje, contra la cultura, contra la economía tradicional de la comarca y sus nuevas posibilidades de desarrollo sosteniblemque se están asentando de forma floreciente, y, por supuesto, contra la opinión mayoritaria de los ciudadanos y de sus representantes. El Consorcio de Residuos del Área de Gestión 2, que abarca las comarcas de La Costera, La Safor, La Canal de Navarrés, La Vall d'Albaida y el Valle de Ayora-Cofrentes, está próximo a decidir dónde ubicará un macrovertedero para realizar el tratamiento integral de las basuras de dichas zonas. Hay varios lugares posibles, pero el más amplio, mejor comunicado y el que parece, por tanto, tiene en principio más posibilidades de ser elegido está en el histórico Valle de les Alcusses, jutno al poblado ibérico de La Bastida, en el término municipal de Moixent y muy próximo a los de Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins. Sería una planta para tratar los residuos de al menos medio millón de personas, quizás más, en medio de un lugar histórico e idílico. El paisaje es tan bello que se conoce popularmente como "La pequeña Toscana valenciana". Quienes conocen ambos sitios saben el por qué de esta similitud. Toda la zona de Les Alcusses-Alforins está salpicada de cultivos de viñedos, cereales y frutales que se intercalan con áreas boscosas. Las carreteras locales serpentean entre colinas suaves donde campean viejas casonas y masías, muchas de ellas con evidentes elementos de interés arquitectónico y paisajístico. Son construcciones rodeadas de arboledas, con caminitos ribeteados de cipreses y pinos. El conjunto transmite una paz difícil de encontrar en otros lugares, y sin embargo está todo tan cerca deValencia y de la autovía de Albaceteq ue sorprende que se haya podido mantener hasta ahora ese halo de romanticismo y de virginidad que sin duda es preciso preservar, ahora que tanto florecen por doquier las máximas preocupaciones ecológicas y de desarrollo rural y sostenible. De acuerdo, también es generalizada la preocupación razonable por ver qué hacemos con las montañas crecientes de basura que generamos, y conviene darle el mejor tratamiento para preservar la naturaleza, pero ¿no hay otro lugar más apropiado para instalar una planta de estas características?, ¿no cabe compatibilizar unas cosas y otras para no mancillar lo que todavía dispone de unos valores que todos apreciamos y que debemos conservar para siempre? Los temores de los afectados son tan ciertos que han averiguado que la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Girsa (de la Diputación de Valencia) ya han suscrito opciones de compra de 70 hectáreas en Les Alcusses, y las han pagado a muy buen precio:unos 45.000 euros por hectárea, tres o cuatro veces el valor de la tierra para uso agrícola en la zona. Los seis o siete propietarios que han accedido a vender han recibido ya a cuenta 2.500 euros por hectárea. Oficialmente, el plazo de presentación al Consorcio de propuestas para las instalaciones del Área de gestión 2 se cierra el próximo día 13, pero en Moixent, Fontanars y Font de la Figuera saben que, en principio, la ubicación que tiene más posibilidades de ser elegida es la que les afecta directamente, y por ello han emprendido una intensa campaña de protesta y de concienciación social para contrarrestar, con sus sólidos argumentos en favor de los valores culturales y económicos a mantener, las razones técnicas que esgrimen los partidarios de consolidar lo que aún es evitable. De todas las zonas predeterminadas en las comarcas implicadas en este vertedero, por las condiciones geológicas del terreno (impermeabilidad, facilidad de excavación, etc.), la de Les Alcusses es, con mucho, la más amplia. Es también la que puede considerarse más alejada de núcleos urbanos y está muy bien comunicada. Tiene la autovía a un kilómetro; sólo habría que hacerle un acceso directo. Por contra, el emplazamiento arrasaría unas 100 hectáreas de un paisaje inigualable, donde se intercalan las zonas naturales con una agricultura que es la más fértil de todas las zonas de secano de la Comunitat Valenciana y que se mantiene prácticamente igual desde hace siglos, con un respeto estricto al entorno natural. Es el paisaje humanizado por excelencia, a la medida de las necesidades del hombre, y la prueba es que allí mismo, dominando el valle, se encuentra el histórico poblado ibérico de La Bastida, un auténtico bastión amurallado donde 400 años antes de Cristo ya vívían dos mil personas que se alimentaban de estas tierras. Allí se encontró el famosísimo Guerrer de Moixent, auténtico emblema de la personalidad histórica de Valencia, y allí mismo siguen apareciendo restos arqueológicos. En los mismos campos donde se colocaría la planta de residuos existen yacimientos sin explotar, incluida una necrópolis. Pero lo peor de todo no es la falta de respeto sobre el pasado, sino la amenaza contra el presente y el futuro, porque en estas tierras, de las que siempre han vivido sus habitantes, han sabido encontrar nuevas fuentes de riqueza. Han renacido los cultivos de viñedo de calidad y las bodegas que conquistas mercados con vinos de alta gama, y entre las viejas casonas restauradas resurge el turismo rural, ávido de quietud, belleza, cultura y trato exquisito. Todo esto podría tener un próximo fin si se consolidara el despropósito de colocar en el medio una planta de tratamiento de residuos, que iría acompañada de una incineradora. ¿Quién querría comprar un vino hecho junto a chimeneas pestilentes? ¿Quién elegiría ya el lugar para pasar sus vacaciones?
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