Carta a mis queridos twins

tribuna Mis nipotines ya teneis seis meses metidos en vuestros respectivos sacos y aún no os enteráis que hay gobiernos que quieren seguir con la cultura de la muerte, y en el caso de España, donde ahora vivís, quieren rebajar, según parece, la edad de la muerte de unas personas indefensas como lo habéis sido vosotros a las catorce semanas. Antes de empezar el artículo semanal he visto una nueva ecografía vuestra, y parece que David Agustín quiere ser el líder, no sólo por lo mucho que se mueve sino por las "pataditas" que le da a Enmanuel. Ya os contaré, en su día, el gran cariño que os tienen vuestros padres y no digamos su explosión de jubilo al veros en las ecografías. Pero por desgracia, mis nipotines, no a todos las personas como vosotros le ocurre lo mismo, ya que la vida de más del millón de españoles ha sido segada en los últimos años. Son seres humanos que no pueden defenderse, ni asociarse (que no tienen a unos padres como los vuestros que quieren que vosotros os desarrolléis bajo el corazón de vuestra madre Lili), que no votan, y sus derechos no son tenidos en cuenta. El aborto, no el hecho de que haya abortos, sino la aceptación social del aborto, no es una cuestión cualquiera. No es que sea un problema de unas dificultades de unas mujeres, sino de un pensamiento sobre si la vida es un don de Dios o si es creación humana. Por tanto, no se trata de desgracias particulares, de malos pasos que pueden corregirse, aunque a la vida suprimida no se le presentará ya otra ocasión, sino de la aceptación social del principio del principio del aborto. Esa aceptación del principio del aborto se convierte así en un rasgo definitorio de una cultura, la cultura de la muerte, de una civilización, la civilización de la supresión. La vida humana no empieza en el embarazo, la vida humana empieza con la fertilización. Por tanto cualquier interrupción de esa vida incipiente es un aborto. Del día uno al seis de vida, hay una memoria del primer crecimiento de la vida. En el embrión humano el fenómeno de la compactación tiene lugar tiene lugar, miembra Aido, al tercer día de vida humana, en que pasa de 8 a 16 células a través de divisiones cedulares asimétricas. En la tercera semana el embrión ha crecido, miembra Aido, hasta 2-3mm de longitud y aparecen los primordios, los nuevos centros de control de la diferenciación cedular, que originarán los principales órganos. E ¿Le gustaría a usted haber sido abortado? Legislar el aborto, sabiendo que el no nacido es una persona humana, significa favorecer, con el apoyo de la autoridad estatal y de la entera sociedad, el debilitamiento del sentido de la justicia. Hobbes sostenía la regla áurea de la "Ley del Evangelio" allí contenida, no hagas a los demás aquello que no quisieras que hicieran contigo. Si nosotros supiéramos que alguna persona haya intentado quitarnos la vida en el seno materno, estaríamos más bien impulsados a acusarlo de homicidio frustrado ante un tribunal de justicia. El científico Blaise Pascal nos dice que el hombre nos más que un junco, el más endeble de la naturaleza, pero es un junco pensante. No hace falta que todo el universo se ocupe de aplastarlo. Un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Pero, aunque el universo lo estuvieses destruyendo, el hombre sería más noble que aquello que le mata; porque él sabe que está muriendo, mientras que el universo no tiene ni idea de la superioridad que tiene sobre él. No nos preocupa el paro, nos nos preocupan las crisis políticas, judiciales, financieras, económicas, etc. Al gobierno tiene prisa, mucha prisa sacar adelante el aborto. Aquí se ha impuesto la ideología al derecho de toda persona a la vida, no se puede dejar desamparado al más débil e indefenso Cuando se creo la "comisión de los expertos" el nasciturus ya estaba predeterminado antes de llevar a cabo esta comisión o subcomisión inútil. Mis queridos nipotines os encontráis en buenas manos, desde Denia, San Juan, Colombia y Miami estáis vigilados, controlados y protegidos; en julio nos veremos si Dios lo quiere.