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ENRIQUE MÜLLER
Viernes, 13 de marzo 2009, 03:38
Alemania sigue en estado de shock mientras trata de buscar una explicación a la matanza que el miércoles sacudió como un seísmo la pequeña localidad de Winnenden. Pero ayer, mientras las banderas ondeaban a media asta en edificios públicos y embajadas, y psicólogos atendían a familiares de las víctimas del colegio de Albertville, empezaron a vislumbrarse algunas de las claves que pudieron llevar al adolescente de 17 años Tim Kretschmer a acabar a tiros con la vida de quince personas -entre ellas las de once mujeres- antes de quitarse la suya. Policía y autoridades apuntaron que el asesino había recibido tratamiento psiquiátrico por depresión y que había anunciado su intención de llevar a cabo la matanza en un foro de internet. A últimas horas de la noche de ayer los equipos forenses ponían en duda este último extremo al no haber hallado rastros del asesino en los mensajes. "He tenido suficiente. Estoy harto de esta vida. Nadie reconoce mi potencial y todos se ríen de mí. Tengo armas y mañana iré a mi antigua escuela para hacer una abundante barbacoa. Mañana sabrán de mí y recuerden el nombre del lugar: Winnenden". Estas palabras que en principio apuntaban a Tim podrían corresponder a otra persona, según apuntaron los investigadores. El chateo no fue tenido en cuenta por su interlocutor, que le contestó con la palabra "LOL", que utilizan los internautas para mofarse, y añadió: "Sin fotos no hay historia", tras lo cual apagó el ordenador y se fue a la cama. Pocas horas después la bucólica localidad de 25.000 habitantes, ubicada en la próspera región de Baden-Württemberg, vivía su peor pesadilla. El ministro del Interior del Estado regional, Heribert Rech, manifestó que el autor de la masacre sufría desde hace un año fuertes depresiones y que había sido internado en un hospital para recibir tratamiento. Pero también señaló que Tim había cancelado por iniciativa propia sesiones de terapia que tenía programadas. Según el funcionario, los padres del asesino estaban al corriente de la enfermedad que padecía el joven, pero nunca se habían imaginado que pudiera ser capaz de cometer una matanza. Lo único que destacaba es que Tim estaba conceptuado como solitario, aunque tenía una buena relación con su hermana, de 14 años, y sacaba unas notas aceptables Los especialistas en buscar razones a un hecho tan sanguinario también destacaron un hecho macabro. Tim Kretschmer mató, con un certero disparo en la cabeza a ocho muchachas y a tres maestras en el interior de la escuela, lo que podría apuntar a una posible y dolorosa desilusión sentimental. Pero para los expertos eso no es suficiente para explicar su reacción. Muerte por diversión Cuando Tim abandonó el centro escolar, donde disparó más de sesenta balas con una gran precisión, abatió al jardinero del hospital psiquiátrico donde debía recibir la terapia. Tampoco nadie se explica el asesinato a sangre fría de un vendedor de coches y de un cliente, dos víctimas que ni siquiera vivían en Winnenden. Durante una rueda de prensa en la localidad de Waiblingen, donde llegó a su fin el drama con el suicido del joven, Rech confirmó que la policía, después de revisar el ordenador del asesino había encontrado varias películas pornográficas y una serie de juegos electrónicos bélicos. En su dormitorio, también se localizaron varias cintas de terror y dibujos macabros. En uno de ellos Tim había escrito "tod aus spass" ("muerte por diversión"). A pesar de la dimensión de la tragedia, la matanza podría haber sido mayor si el director de la escuela no hubiera activado un plan de emergencia diseñado por las autoridades del Estado. Alertó a los maestros mediante un mensaje en clave transmitido por el sistema de altavoces, cuando sonaron los primeros disparos. "Frau Koma kommt" ("la señora Koma viene") fue el mensaje que se escuchó por todo el edificio. "De inmediato nuestro profesor cerró la puerta de clase y dijo que debíamos hacer lo mismo con las ventanas y sentarnos en el suelo", declaró un joven identificado como Kim, a la televisión alemana ZDF. En Alemania se utiliza la palabra "amoklauf" para referirse a los tiroteos en las escuelas y "koma" es la palabra "amok" escrita al revés. Un portavoz de la policía explicó que la alerta en clave fue diseñada por los educadores alemanes después de la matanza ocurrida en abril de 2002 en Erfurt, donde murieron 16 personas. Las fuerzas de seguridad también ejecutaron casi a la perfección un plan propio de emergencia. Según el jefe de la Policía del estado federal, Edwin Hetger, unos 14.500 agentes fueron entrenados para actuar de inmediato y ocupar los edificios donde se produzca un atentado y abatir al asesino, tal como ocurrió en la escuela de Winnenden. Antes, los agentes perdían horas en analizar la situación y luego actuaban. Pero ni la policía ni los maestros han conseguido que se impida a un asesino acceder a una escuela. Esto estuvo en la boca de varios políticos, que sugirieron nuevas reformas como instalar detectores de metal a la entrada de los recintos escolares.
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