"Fuera te das cuenta de que el mundo no está esperando por ti"

Inés Molina "De pequeño me leí los viajes de Marco Polo tres o cuatro veces. Me fascinaban los exploradores y soñaba con viajar". No sabía César Sánchez hasta qué punto se cumplirían sus sueños. Del Colegio Estudio guarda "un recuerdo fantástico". "Cuidaban mucho la poesía, la creatividad, el dibujo, el buen uso de la lengua...". Su pasión por las letras le llevó a estudiar Geografía e Historia. "Terminé porque no me gusta dejar las cosas a medias, pero a mitad de camino pensé que quería hacer otras cosas". Al acabar, se toma un año de reflexión para viajar y para reorientar sus pasos profesionales. "Uno tiene que buscar su camino, intentar hacerse más persona y asumir responsabilidades, porque aquí, de adolescentes, estamos muy protegidos. Cuando sales fuera te das cuenta de que el mundo no está esperando por ti: eres tú el que tiene que salir a buscar lo que quiere". "Estuve trabajando como profesor suplente y como guía turístico en Roma, Venecia, Florencia... Fui a Estados Unidos a aprender inglés y, después, decidí hacer un máster en la Rotterdam School of Management". No fue fácil. "El 50% de los alumnos eran ingenieros y otro 30%, economistas y abogados; todos extranjeros. Yo estaba bastante solo". El esfuerzo titánico le compensó. "Tuve suerte porque en aquella época, Heineken tenía planes de expansión aquí, en España. Empecé de becario de Marketing, desde abajo, abajo, y de ahí, a 'product manager', 'brand manager' y luego, a 'marketing manager'". "Hice cosas muy interesantes como transformar la cerveza El Águila en Amstel". De aquella época guarda buenos amigos y grandes recuerdos: "Muchas horas de trabajo y muchas risas". "Tres años después, Heineken me ofreció ir a la central, a Ámsterdam, y eso es algo que hay que hacer, si se puede, porque te cambia la perspectiva". Su sueño viajero comenzaba a cumplirse. "Estando en Ámsterdam me ofrecieron llevar África y Oriente Medio-¡muy interesante!- y de ahí, ir a Chile. Fue una experiencia fantástica, una de mis etapas profesionales más felices". Y de Chile, vuelta a casa. "Las agendas empezaron a no encajar. Queríamos que los niños se educaran en España y mi mujer quería retomar su carrera". En su regreso hubo un paréntesis como director comercial en Anaya. "A los siete meses me llamaron de Schweppes y dije: "Quiero volver a las bebidas porque es un sector que me gusta mucho". ¿Y qué es lo que le ha dado este mundo para atraerle tanto? "Éste es un mercado súper dinámico y súper competitivo. Siempre hay ideas nuevas y estás muy expuesto al consumidor". "Aquí, cada día es un desafío". En estos seis años y medio, César Sánchez ha plantado cara a importantes lances: "El primero, renovar profundamente las marcas de la compañía: Schweppes, La Casera, Trina... El segundo, transformar la empresa en una compañía ganadora con un funcionamiento eficiente -aquí mi aportación sólo ha sido continuar el trabajo de muchísima gente-, haciendo creer a toda la organización que, con las marcas que tenemos, podemos triunfar". ¿Qué tal va el reto? ¿Lo está logrando? "Soy un optimista por naturaleza: siempre creo que se puede hacer y siempre creo que hay un camino. Con trabajo firme..."