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FRANCISCO ROMERO
Jueves, 23 de abril 2009, 15:43
La compañía valenciana Air Nostrum ha decidido hacer frente a la recesión con una reestructuración que va a suponer eliminar algunas rutas deficitarias, disminuir la flota en diez aviones, reducir el número de vuelos, operar con una sola azafata en aeronaves de 50 plazas y recortar 589 empleos de los 2.250 que tiene en la actualidad. El consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, explicó ayer que las medidas pretenden afrontar la situación coyuntural y los cambios estructurales preparan a la compañía para el futuro. El desplome de la demanda aparece como la causa principal de esta situación. La aerolínea de la familia Serratosa solventó con dificultades pero airosamente el pasado ejercicio, que cerró con beneficios. En el primer semestre de 2008, el encarecimiento del crudo llevó a una crisis de costes sin precedentes, que la compañía logró paliar gracias a su prudencia, que le permitió comprar queroseno a precios aceptables, y a su solvencia, que animó a la banca a respaldar las operaciones de compras a futuros. En el segundo semestre la aviación sufre el gran desplome de la demanda. En esta ocasión, pese a que la dimensión de la caída fue brutal, la compañía valenciana logra padecer menos los rigores gracias a su elevado índice de pasajeros ejecutivos. En septiembre se aprecia ya como la crisis de confianza está haciendo que muchas familias empiecen a recortar gastos y los viajes están entre los primeros sacrificados; desaparece el turista esporádico, en especial el generado en los últimos tiempos por los precios bajos de algunas aerolíneas. Sin embargo, el viajero de negocios, "pasajero con corbata", en la expresión coloquial de Bertomeu, continúa realizando sus habituales desplazamientos, por lo que Air Nostrum no se ve tan afectada como otras compañías. El punto de inflexión llega en enero, aunque tardarán todavía unas semanas en descubrirlo en la compañia franquiciada de Iberia. Viaje de negocios De forma generalizada, como si de un acuerdo general se tratara, el número de viajeros con las tarifas más caras se desploma. Esos billetes contratados con pocos días de anticipación por las empresas para los viajes de sus directivos se reducen drásticamente y se desplazan a tarifas más baratas, aquellas a las que se accede con mucha anticipación. Bertomeu justifica la coincidencia de este cambio de hábitos en tan alto número de clientes en la aplicación de los nuevos presupuestos empresariales al inicio de año. Los directivos de personal aplican nuevos criterios, reducen dietas e instan a los ejecutivos a contratar con antelación. Si el primer trimestre es tradicionalmente malo en el sector, éste podía ser histórico. La compañía empieza a tomar medidas reductoras de la oferta rebajando el número de operaciones. Pero el billete caro, la llamada tarifa completa, cae un 28% en enero, un 34% en febrero y un 33,4% en marzo. Mientras el volumen de pasajeros baja un 9% el número de pasajeros con tarifas de negocios se reduce un 30%. En el modelo de Air Nostrum este cambio de hábito se traduce en una caída de la rentabilidad por pasajero y finalmente en una reducción de ingresos de un 16%, unos 23 millones de euros menos. "No podíamos ser negligentes, había que actuar", explica Bertomeu antes de desglosar las medidas de reducción de costes que adopta para garantizar el futuro. De forma paulatina se van a eliminar rutas en pérdidas, las consideradas "en proceso de siembra". En otras se rebajará el número de vuelos. Se intentará dar salida a 10 aviones de la flota de 59 que posee. En las aeronaves de 50 pasajeros se suprime una de las auxiliares de vuelo y el servicio a bordo gratuito que brinda en clase turista. Se va a acometer un recorte de personal en todas las áreas de la compañía en el entorno de los 589 trabajadores, 186 tripulantes de cabinas de pasajeros, handling y oficinas centrales y 403 del resto de colectivos. Además, Bertomeu asegura que se ha abierto un periodo de negociación para analizar reducciones salariales y flexibilización de condiciones retributivas. Los representantes de los trabajadores, por su parte, se han mostrado recelosos ante el anuncio. A su juicio la empresa no procede de forma correcta al hacer una comunicación a la prensa sin haber pactado previamente con los sindicatos. De hecho aseguran que no hay ningún proceso negociador abierto y que su objetivo se centrará en rebajar el número de trabajadores afectados y en fijar unas condiciones dignas de despido.
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