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B. LLEDÓ
Martes, 28 de abril 2009, 12:28
Hace una semana disfrutaba de unos días de descanso en las paradisiacas playas de la Riviera Maya, pero ayer la jornada era de preocupación. Cristina Arnau, una joven alumna de Comunicación Audiovisual de la Universidad CEU San Pablo, regresó de México el miércoles pasado del viaje de fin de carrera junto a 50 estudiantes más. "Viajé en el mismo avión que el chico de La Fe, entre el 14 y el 22 de abril, pero yo me encuentro bien", asegura.
Según explica, compartió vuelo y hotel con estudiantes de ADE y Empresariales, la carrera que cursa Javier Cervera, el joven hospitalizado en La Fe. "Todos los que estábamos en el complejo de la playa del Carmen éramos de Valencia. Allí disfrutamos de unos días de sol y relax e hicimos las visitas típicas, como la de Tulum. La verdad es que fue todo normal", comenta.
Aún así habla constantemente con sus compañeras de viaje para ver cómo se encuentran de salud. "Una amiga mía, que durante el viaje ya cogió gastritis y cistitis, está ahora con fiebre alta pero dice que no está relacionado con la gripe porcina", cuenta.
Todavía no sabe si ella acudirá a hacerse las pruebas pertinentes para descartar un posible contagio. Insiste en que está bien. "No tengo problemas respiratorios ni fiebre. Los padres de algunas amigas son médicos y la Conselleria les ha mandado una circular que explica que deben remitir a todos los que hayan estado en México a hacerse las pruebas y que si no lo hacemos por nuestro propio pie nos obligarán", asegura la joven.
Otro valenciano preocupado por las consecuencias de la gripe porcina es Sergio, de 27 años y trabajador de banca. El pasado 11 de abril se unió a otro viaje de fin de carrera, en este caso, de unos amigos de Magisterio. Medio centenar de estudiantes formaron parte de esa expedición a Centroamérica, el foco de la gripe porcina. El destino, el mismo: las playas de la Riviera Maya. "En esos días todavía no existía ninguna alarma de epidemia. Volvimos a Valencia una semana después. En mi avión también había estudiantes de Psicología, Farmacia y Odontología. Yo regresé muy constipado, con dolor de cabeza, congestión y mucho cansancio", explica el joven.
Decidió ir al médico. Los síntomas eran los de un catarro común. Pero todo cambió pocos días después, cuando estalló la alarma sanitaria en México. "La preocupación empezó a extenderse, sobre todo entre los compañeros del trabajo, temerosos de un contagio. Por eso me he interesado para hacerme las pruebas, por la gente que me rodea", admite.
Pero no tendrá que hacérselas. Ayer mismo llamó al teléfono de Emergencias 112. Tras hablar varios minutos con un médico, este concluyó que no corría ningún peligro.
Cristina, otra joven estudiante de Enfermería que también celebró el final de carrera en México, decidió ir ayer directamente a la Fe a hacerse los análisis. "Me han llamado de Conselleria para que me hiciera la prueba. Estoy bien pero así me quedaré más tranquila", afirmó en la puerta de urgencias mientras sostenía en su mano una mascarilla azul.
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