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M. J. CARCHANO
Domingo, 24 de mayo 2009, 04:22
Caben 810 alumnos. Se han previsto 16 unidades de Secundaria Obligatoria y 4 de Bachillerato. Pero, de momento, no saben ni siquiera si el próximo curso van a poder tener una clase de Bachillerato de 25 alumnos. Dicen fuentes del barrio de la Coma de Paterna que el instituto, que fue inaugurado el pasado 10 de marzo, está medio vacío, que a partir del mes de septiembre no saben cuántas líneas se podrán abrir por la falta de matrículas.
El recién estrenado centro de secundaria está pensado para acoger a los alumnos de una población mucho más amplia que la que vive en el barrio de la Coma. De momento, solamente estudian aquellos que daban clases en los barracones del Antonio Ferrandis. Ahora empieza la prueba de fuego con la primera matriculación para el próximo curso. Y a los vecinos de las áreas residenciales de Campolivar, Casas Verdes y Mas del Rosari les toca, por proximidad, este instituto. Pero la realidad es completamente distinta. El estigma de la Coma no va a ser fácil de eliminar y los padres prefieren llevar a sus hijos a otros centros privados o incluso a Burjassot.
Por este motivo, la dirección del centro ha pedido ayuda a la asociación de vecinos. El próximo 27 de mayo se ha organizado una sesión de puertas abiertas del nuevo instituto al que han invitado a los vecinos de las urbanizaciones. «El objetivo es dar a conocer a todo el mundo que pueden matricular a sus hijos en los cursos de la ESO y el Bachillerato en unas instalaciones fantásticas», explicaron fuentes de la asociación.
Desde la entidad vecinal ponen un ejemplo. De todos los niños de Primaria que acabarán este curso en las Dominicas, centro de primaria privado muy próximo al barrio de la Coma, ninguno ha presentado su solicitud en el nuevo instituto para iniciar secundaria en septiembre.
Los vecinos quieren dirigirse sobre todo a los vecinos que ya se están instalando en Mas del Rosari, un barrio pegado a la Coma con edificios altos, no chalés, donde residen familias de un nivel económico medio. «Tenemos que crear espacios comunes para normalizar el barrio, y qué mejor que el instituto», animan desde la asociación.
Pusieron otro ejemplo: los niños que estudiaban en el colegio Vicente Mortes, que tuvo que ser desalojado tras la aparición de grietas, acuden desde febrero a las instalaciones de la Coma y los padres están muy satisfechos. Es un signo de la normalidad que se vive en el barrio.
Formación Profesional
Los vecinos, por otro lado, han solicitado a la Dirección General de Innovación Educativa que se apruebe un módulo de Formación Profesional de grado medio, probablemente cocina, en el instituto, para el curso entrante.
El barrio de la Coma es una zona de acción preferente, donde todas los pisos son propiedad del Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), que los concede a aquellas familias con necesidades económicas. Son viviendas sociales donde los inquilinos pagan una módica cifra en concepto de alquiler según los ingresos que tengan. En la actualidad, hay en la Coma unos 4.500 empadronados.
El objetivo del Ayuntamiento es normalizar un barrio muy estigmatizado porque durante años ha sido un gueto, y que las familias que viven en la zona puedan estabilizarse económicamente sin temor a perder sus casas porque tienen más ingresos de lo estipulado por el IVVSA.
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