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IGNACIO BLANCO
Martes, 2 de junio 2009, 04:09
La campaña de las elecciones europeas llega a su fin. Para muchos ha sido una campaña más: el PP ha vuelto a culpar a Zapatero de todos los males, el PSOE se ha presentado como el único baluarte contra la derecha, y la mayoría de los medios han personalizado la contienda en los líderes de dos partidos enfrentados pero que muchas veces votan lo mismo en el Parlamento Europeo.
Para Esquerra Unida no ha sido una campaña más, sino la oportunidad de hacer llegar nuestras propuestas alternativas al modelo neoliberal que nos ha llevado al actual desastre económico y social. Hemos hecho una campaña próxima a la gente, explicando que en Europa se ha producido un giro a posiciones conservadoras en el que han coincidido, aprovechando la opacidad informativa, el PP y el PSOE. Ambos votaron a favor de la Directiva de retorno de inmigrantes («Directiva de la vergüenza») y de la Directiva Bolkenstein, normas que suponen un importante retroceso en derechos humanos y sociales. Ambos se volvieron a poner de acuerdo para rechazar el informe Auken, que, diciendo verdades como puños, ponía en cuestión el urbanismo insostenible que se ha desarrollado estos últimos años en nuestra costa mediterránea. Así que, más allá de la retórica vacía y de las estrategias publicitarias de cada partido, la coincidencia entre PP y PSOE en Europa es un hecho perfectamente constatable.
Por el contrario, desde el grupo de la Izquierda Europea en el que se integra IU, nosotros hemos mantenido una posición inequívoca, oponiéndonos a la Directiva de retorno, a la Bolkenstein y a las 65 horas, exigiendo sanciones contra Israel por la masacre de Gaza y denunciando los vuelos de la CIA frente a la pasividad cómplice de todos los Gobiernos. Hemos llevado también al Parlamento Europeo cuestiones que afectan directamente a la ciudadanía del País Valenciano, como los peligros de la subestación eléctrica de Patraix, la instalación de los silos de cemento en el puerto de Alicante, la urbanización descontrolada de nuestro territorio o la contaminación acústica del circuito de Fórmula 1 en Valencia. No hemos dado tregua a quienes pretenden hacer negocio con nuestra salud, nuestro paisaje o nuestro trabajo. Desde lo más general a lo más concreto, hemos luchado por conseguir otra Europa más social y solidaria.
Porque queremos una Europa diferente, hemos hecho también una campaña diferente. Como no tenemos grandes recursos económicos para publicidad, hemos aprovechado la energía y el compromiso de nuestros militantes para hacer una campaña modesta pero muy pegada al terreno. Durante estas últimas semanas, nuestra candidata (número 4 en la lista de IU) Esther López Barceló y nuestra coordinadora Marga Sanz han recorrido todo el País Valenciano para conocer directamente los problemas de cada comarca y plantear nuestras alternativas concretas y de izquierdas.
Hemos intentado explicarle a la gente que en Europa se deciden cuestiones importantes de su vida cotidiana, desde los tipos de interés de las hipotecas hasta las ayudas a la agricultura. Y hacer una llamada a la participación consciente, porque lo que realmente se decide el 7 de junio no es ni la absolución política de Camps ni unas primarias entre Rajoy y Zapatero, sino la composición del Parlamento Europeo en unos tiempos de grave crisis económica generada por la avaricia de los grandes capitalistas pero que están pagando los trabajadores y trabajadoras con más paro y precariedad.
Por eso hacemos un último llamamiento a las personas de izquierdas a pensar (en rojo) antes de votar (por sus derechos).
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