Una Setmana de Bous marcada por la crisis

La semana taurina de Algemesí tras nueve días intensos de fiestas llega a su fin. Esta tarde a las cinco y media, si las previsiones meteorológicas no lo impiden, se celebrará la última novillada protagonizada por las reses de Guadaira que serán liadas por Fernando Tendero, Cristian Escribano y el rejoneador Alfonso López Bayo. Una jornada más que pondrá punto final a una feria marcada por la apatía y la crisis.

A pesar de la drástica bajada de precios de los abonos, las 28 peñas con cadafal no han podido llenar la plaza, incluso cinco de ellos tendrán un otoño amargo porque los huecos eran más que las localidades ocupadas y eso se ha hecho notar en los ánimos de la gente.

«Este año los cadafales han estado muy vacíos menos el fin de semana que se ha notado más afluencia de espectadores», comenta Juanvi Grau, vicepresidente de la Comisión Taurina.

Las previsiones eran malas, pero la fiesta ha continuado a pesar de la falta de liquidez de muchos algemesinenses. La solución ha sido apretarse el cinturón y gastar lo menos posible. Así, cubriendo el abono y las cenas en la caseta muchos se han conformado y han dejado a los bares de la zona con una caja inferior al resto de ferias de toros de años anteriores.

La crisis ha provocado un cambio de tendencia en las fiestas de este año, «la gente es más selectiva, no compran el abono entero, sino entradas para actos concretos», explica Grau.

El cartel presentado el mes de julio fue valorado como un gran ejercicio de equilibrio entre presupuesto y calidad, porque habían mermado los ingresos en 300.000 euros, pero a lo largo de la semana ningún novillero ha destacado por un grandísimo trabajo.

«Aunque los novilleros han sido bastante flojos el balance es más positivo que negativo», reflexiona el vicepresidente de la Comisión.

En cuanto a los tradicionales conciertos que se celebran en la plaza por las noches, el principal atractivo musical de estas fiestas era la actuación de Andy y Lucas que se vio truncada por la lluvia, otra protagonista de esta semana.

Actitud positiva

Pero dentro de este ambiente apático ha habido muchos gestos positivos. Entre ellos el mimo con el que los cadafaleros han cuidado la fiesta y a sus abonados. Porque ellos han sido los impulsores un año más de la cabalgata cadafalera y del Gran Prix, una replica del concurso televisivo en donde una vaquilla ha podido con los integrantes de las peñas que participaron en el juego tras un sorteo.

Además el Babalá Club ha animado a los niños con la matinal infantil que se trasladó del miércoles al viernes por la lluvia, y que hizo disfrutar a los más pequeños de la casa con los protagonistas de este programa infantil, el toro mecánico y las colchonetas hinchables.

Y como la normativa taurina impide el acceso de menores de 16 años al recinto por donde pasan los toros, durante los primeros días de fiesta se celebró un simulacro de encierro infantil, que fue un gran éxito.

Los más pequeños fueron los únicos con acceso a recinto, al menos por unos instantes, y recorrieron ilusionados el trayecto desde los corrales a la plaza de toros seguidos por bicicletas que simulaban a los toros.

Presencia polémica

Dentro de las fiestas de este año, se han repetido las tan cuestionadas becerradas cadafaleras, y por este motivo han estado presentes también los colectivos antitaurinos.

Una performance y una manifestación han sido las formas que han utilizado para hacerse escuchar, pero el público aficionado de Algemesí los ha recibido con una crispación que sube de intensidad cada vez que se repite el enfrentamiento entre ambos bandos.

Unas fiestas que finalizan y ya pensando en las próximas se espera un mejor resultado para que no se repita la situación vivida en éstas, que no serán recordadas como las mejores.