El arte de la denuncia social
Una exposición en el Centro del Carmen reivindica 40 años de realismo valenciano con Equipo Crónica, Heras o Genovés
E. PÉREZ
Viernes, 23 de octubre 2009, 03:24
«Las obras valen, y perduran, por lo que testimonian». Esta reflexión del intelectual valenciano Joan Fuster en su obra 'El descrèdit de la realitat' (1955) caló hondo en una generación de artistas de la Comunitat; tanto que dio origen en los años 60 a un movimiento único en España: el nuevo realismo pictórico. Una exposición en el Centro del Carmen reivindica la importancia de artistas como Artur Heras, Manolo Boix, Rafael Armengol y los grupos Equipo Crónica o Equipo Realidad que cultivaron este estilo que, como su nombre indica, trata de reflejar en el arte la transformación de la sociedad.
Lo hacen también de manera original, explicaron ayer la comisaria de la muestra, Felisa Martínez, y el asesor del Consorcio de Museos de la Comunitat, Felipe Garín. Utilizaron la fotografía no sólo como base documental (al estilo de grandes pintores como Sorolla), sino como parte de la obra artística. Y lo adornaron con connotaciones pop-art. No deja de llamar la atención, destacaron los expertos, que estuvieron acompañados por la secretaria autonómica de Patrimonio, Paz Olmos, que lo hicieran casi a la vez que algunos movimientos de vanguardia en Estados Unidos y en países europeos como Francia.
Mientras otras regiones españolas, apuntó Felisa Martínez, optaban por el arte conceptual (el caso de Cataluña, por ejemplo), en la Comunitat se impuso el nuevo realismo (en oposición a la pintura no figurativa), corriente que la doctora en Historia del Arte considera «el primer paso de lo que hoy es arte más vanguardista».
La muestra 'La huella fotográfica en la nueva pintura realista. La aportación valenciana (1963-2005)' arranca en los años 60 y viaja a lo largo de cuatro décadas en las que el movimiento cambia para, poco a poco, ir informatizándose.
Contexto social
Muchas de las obras reflejan la España del momento, marcada por el fin del franquismo y la transición democrática. Uno de los ejemplos más claros es la pieza de Juan Genovés 'El abrazo' (1976), cedida por el Centro de Arte Reina Sofía gracias a las gestiones de Felipe Garín. Él fue quien propició su adquisición por el Ministerio de Cultura en 1979 a la galería Marlborough de Londres y explica que muestra «el esfuerzo por la concordia de las diversas ideologías» simbolizado en el abrazo entre personas de uno y otro bando.
Es sólo un ejemplo. Entre la obra seleccionada de 26 artistas valencianos o formados en la Comunitat puede verse 'Igualitat per tothom (América negra), de Antoni Miró, o 'Vista de las barricadas que se levantaron en torno al Cuartel de la montaña durante el asalto de julio del 36', de Equipo Realidad. Esta carga política y social es más evidente en los primeros años, luego «se relaja y los cuadros se suavizan», apunta Felisa Martínez.
En este recorrido por la nueva pintura realista saltan a la vista las diversas tendencias por las que optaron los autores, que explotaron su gusto por los envoltorios (paquetes atados, puertas...) -se observa por ejemplo en 'Paper cremat', de Artur Heras; 'El embalaje', de Equipo Crónica, o 'Tela de colchón', de José M.ª Molina Ciges. También trabajaron el gigantismo, o la reproducción en grandes dimensiones de objetos cotidianos, que autores americanos como Andy Warhol pusieron en boga; así como la reinvención de clásicos. Ejemplos de ambas tendencias son 'Pebrot', de Rafael Armengol; 'Martiri de Sant Sebastià', de Manuel Boix, o 'Llances imperials', de Antoni Miró.
En definitiva, se trata de desechar la idea de que «por utilizar la fotografía la obra tenga menos valor», dice Felisa Martínez. Es más, considera que estos artistas «deben ser considerados entre los mejores exponentes del arte contemporáneo».
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