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E. BARDISA
Viernes, 23 de octubre 2009, 03:16
La Universitat de València (UV) engrasa motores. En apenas cuatro meses la centenaria institución académica celebrará elecciones para elegir nuevo rector -o por primera vez en su historia, una rectora-. El cargo es una «perita en dulce» con muchos novios postulándose a su alrededor: unos le declaran su pasión abiertamente, y otros prefieren guardar las formas y no terminan de decir ni que sí ni que no.
Por el momento, tres aspirantes ya han mostrado públicamente su intención de sustituir a Francisco Tomás al frente de la UV. Todos ellos próximos a una postura de calado progresista, que en algún caso incluso se aproxima al nacionalismo de la mano del Bloc.
En una asamblea del personal docente e investigador (PDI) de los tres campus universitarios -Blasco Ibáñez, Burjassot y Tarongers- celebrada ayer, Vicent Soler, María Antonia García Benau y Antoni Furió dejaron clara su intención de presentar su candidatura a las elecciones. Los nombres de los dos primeros ya fueron anunciado antes del verano, el de Furió se sumó ayer.
A ellos hay que añadir un cuarto que, «por el momento», no sabe si se presentará. Juan Carlos Carbonell invitó a sus «posibles» contrincantes a consensuar una candidatura única. «Que haya cuatro o cinco aspirantes nos está debilitando». Y apostó por trabajar primero en la elaboración de un programa electoral «fuerte» para después «unificar esfuerzos» en la misma dirección. Una postura conciliadora que acercaría a Carbonell a un vicerrectorado en el caso de que uno de los otros tres aspirantes finalmente alcanzara el despacho rectoral.
Su propuesta quedó en el aire al menos hasta el 12 de noviembre, fecha en la que quedó fijada la celebración de la próxima asamblea. Pero Furió no quiso esperar tanto, y en su intervención -inmediatamente después- dejó claro su parecer a quien quisiera oírle: «No hay excesivas candidaturas».
El catedrático de Historia Medieval -y director de Publicaciones de la UV- insistió en su postura de mantenerse firme en su candidatura y lanzó a sus colegas un rotundo aviso: «las elecciones no pueden ser solo con candidatos propuestos desde arriba y en medio de la pasividad general». Dicho lo cual, dedicó el resto de su intervención a desgranar apasionadamente la universidad que desea para el futuro.
Vicent Soler -que fue quien abrió el turno de intervenciones- no entró en polémicas ni disquisiciones sobre candidaturas unificadas. Y María Antonia García Benau -que no estuvo presente en la asamblea- delegó en la decana de su facultad la confirmación de su candidatura.
De momento, solo los progresistas se han posicionado en primera línea de fuego, pero no les queda otra que esperar para poder mover ficha porque, de momento, enfrente no tienen rival a quien batir. El actual equipo rectoral lo ha tomado con tranquilidad y aún se desconoce quién se postulará en la sucesión de Tomás.
Los otros candidatos
Tras autodescartarse Antonio Ariño -vicerrector de Calidad y Convergencia Europea-, dos nombres que siempre habían «sonado» empezaron a tomar fuerza. María Vicenta Mestre y Esteban Morcillo saltaron a la palestra, aunque ninguno de los dos habló nunca de candidatura. ¿El motivo? En el equipo de gobierno de la Universitat hay una consigna clara: lo conveniente es que haya un único candidato vicerrector -Mestre lo es de Estudios y Morcillo de Investigación-. No será hasta que se conozca el candidato definitivo cuando comience de verdad la batalla. Y el suspense continuará al menos hasta el regreso del rector Tomás -de viaje en Japón-. Una vez desvelado ese enigma se podrá empezar a hablar de alianzas entre los más progresistas.
Teniendo en cuenta que a los nombres de Furió, Soler y García Benau se pueden añadir otros -ya que el proceso todavía no está cerrado- tal y como están las cosas a día de hoy la propuesta de unificar la candidatura progresista que más viabilidad tendría es la de unir las fuerzas de Soler y García Benau, ya que ambos son catedráticos de la misma facultad, la de Económicas. Lo que parece probable, tras la firme posición que adoptó ayer, es que Antoni Furió guerree hasta el final -representando a los sectores más nacionalistas- y no retire su candidatura.
En esta batalla por el rectorado no hay que olvidar un factor que juega un papel clave: la posibilidad de que por primera vez en la historia una mujer llegue a dirigir los destinos de la Universitat. De momento solo una, María Antonia García Benau, ya ha hecho firme su intención. Si finalmente María Vicenta Mestre fuera la elegida en el bando del equipo rectoral, las posibilidades se ampliarían. La expectación está servida.
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