Marcha contra la corrupción

Unas 2.200 personas, según la Policía de la Generalitat, y 70.000, según los organizadores, participaron ayer en la manifestación convocada por el colectivo «No a la corrupció». Los asistentes pidieron la dimisión del presidente de la Generalitat al grito de «Camps dimissió» y «No a la corrupció».

Los convocantes de la manifestación escenificaron por las calles de Valencia una «marcha fúnebre» en la que se pudo ver un ataúd, acompañado de dos cabezudos, centenares de personas portando velas y una bandera a modo de cruz en la que se podía leer 'Per les víctimes de la corrupció'. La portavoz del colectivo, Reyes Matamales, apuntó que hay que acabar con la «manipulación» y el «oscurantismo» de las instituciones.

La representación política en la marcha la ostentaron, desde el PSPV, el líder del partido en la ciudad de Valencia, Salvador Broseta, así como el eurodiputado Andrés Perelló y la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch. También se vio a los líderes del Bloc y EU, Enric Morera y Marga Sanz.

Las plataformas adheridas a la iniciativa, como Ja en tenim prou, Maulets, Centre Social «Terra» de Benimaclet, Salvem el Cabanyal i Canyamelar y Salven Catarroja, entre otros, apoyaron la iniciativa con lemas como «La corrupción acaba en la prisión» y «Por la ética en la política». La marcha atravesó varias calles del centro de la ciudad y provocó momentos de colapso en la circulación.

Bandas de música, «dolçaines» y «tabals» acompañaron la marcha para celebrar «el cambio a la democracia» al ritmo de batukadas y música enérgica. Desde el PP valenciano, la secretaria de Comunicación, Sagrario Sánchez, lamentó que «haya partidos políticos más ocupados en crispar y atacar al adversario que preocupados por los valencianos».