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TAPIADA POR DOS LADOS. La ermita de Sant Vicent de Gandia en el centro de la imagen, que será tapada por la neva en contrucción / JUANTXO RIBES
Una nueva nave industrial encajona entre dos muros la ermita de Sant Vicent de Gandia
La Safor

Una nueva nave industrial encajona entre dos muros la ermita de Sant Vicent de Gandia

El Ayuntamiento permitió convertir esta zona de casas con la ermita en un polígono con solares para industrias literalmente pegados al templo

S. MASCARELL

Jueves, 12 de noviembre 2009, 02:44

La ermita de Sant Vicent ubicada en el término de Gandia ya sólo podrá verse desde el río Serpis. El Ayuntamiento permitió hace menos de una década la construcción de naves industriales en la zona donde se encuentra este templo del siglo XVIII pero del que se tiene constancia que existía en el siglo XVI. De hecho, la tradición dice que San Vicente predicó en esta ermita a los moriscos, según aseguró el profesor Abelardo Herrero.

La zona donde está el templo fue reparcelada y urbanizada con la supervisión del Ayuntamiento. Pero lejos de dejar un espacio diáfano alrededor de esta pieza del patrimonio de la Safor, las parcelas adjudicadas para erigir naves lindaban, pared con pared, con los muros del templo.

Tanto es así que a los pocos años de aprobarse se construyó una nave con la pared literalmente pegada a la parte trasera de la ermita.

Ahora, otra empresa propietaria de parcela está construyendo una nave cuya pared recorre todo el lateral del edificio y está a una distancia de poco más de dos metros de los muros del XIII,

Esta pared será el equivalente en altura a una planta baja y primer piso, lo que tapará completamente la visión de la ermita desde la carretera de Villalonga.

En esta zona también existen una decena de casas construidas en la ladera del río y que tienen como vecinos a los almacenes y naves.

Rosa, una vecina de esta zona de Gandia, lamentaba ayer que el Ayuntamiento hubiera permitido el encajonamiento de la ermita: «No me parece bien ni siquiera que autorizaran la construcción de un polígono industrial en una zona de viviendas y donde existe un monumento, pero en su momento nadie se quejó y ahora ya no hay marcha atrás».

Vicent Peiró, sacerdote de la parroquia de Almoines, a la que se le atribuye la coordinación de esta ermita, aseguró que el Ayuntamiento de Gandia aplicó en su momento las normas vigentes y aprobó esta la conversión de la zona en industrial.

Una grúa continúa su trabajo de construcción del nuevo edificio mientras que al fondo se sigue viendo un templo medio en ruinas con las ventanas tapiadas con ladrillo y un pequeño jardín descuidado.

En esta ermita han vivido desde hace muchos años los caseros a los que la Iglesia, propietaria del templo, les permite habitar. De hecho, en la mañana de ayer se podía ver algo de ropa tendida al sol y una puerta situada en el lateral de la fachada de acceso a la vivienda.

Lo cierto es que la ermita de Sant Vicent es uno de los pequeños templos de Gandia que ha corrido peor suerte. La ermita de Sant Antoni, que también estaba prácticamente en ruinas, fue completamente restaurada durante la pasada legislatura.

La ermita de Martorell, actualmente en ruinas, formará parte del local museo de la Semana Santa de Gandia, un proyecto que ya ha sido hecho público. Esta ermita, a diferencia de la de Sant Visen, estará rodeada por unos jardines de más de 20.000 metros cuadrados.Unas, tanto y otras, tan poco. La de San Vicente parece estar condenada a dormir el sueño de los justos.

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