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DETENCIÓN. La Guardia Civil se lleva esposada a uno de los miembros de la banda de murcigleros que asaltaron 56 viviendas en la Comunitat. /J. SIGNES
Guardias civiles recurren al uso de sus móviles y coches particulares por falta de medios
Comunidad Valenciana

Guardias civiles recurren al uso de sus móviles y coches particulares por falta de medios

La Comunitat Valenciana sufre en las últimas semanas una oleada de asaltos a viviendas con sus dueños en el interior

M. J. CARCHANO

Jueves, 12 de noviembre 2009, 14:56

Tardarán meses, incluso años, en volver a dormir tranquilos en su casa y olvidar la pesadilla, muy real, que sufrieron en plena noche. «Les dije: os lo voy a dar todo, pero no nos hagáis nada», relató a LAS PROVINCIAS el propietario de un chalé que asaltaron tres individuos el pasado lunes en Torrent, apenas unas horas después, y con el corazón en un puño. No ha sido la única víctima. La Guardia Civil ha detectado una oleada de asaltos a chalés en las últimas semanas.

Los agentes acudieron en pocos minutos a la vivienda de Torrent, pero era demasiado tarde. Ya habían huido y se habían llevado una gran cantidad de dinero en efectivo. El mismo patrón se repitió unas horas más tarde en una casa de Mutxamel, donde a las 7 de la mañana varios individuos irrumpieron mientras su propietario estaba en su interior y le amenazaron con un arma blanca. En Torrent, además, ha habido al menos otros dos asaltos recientemente, en las urbanizaciones de Santa Apolonia y Monterreal. Los últimos datos hablan de que en el último año 200 viviendas han sido asaltadas en la Comunitat Valenciana con los dueños dentro.

«Espero que cojan enseguida a los delincuentes, que me amenazaron con matarme si no hacía lo que les decía», dijo una de las víctimas. Sin embargo, no es tan fácil. Tras el asalto, comienza el trabajo de la policía judicial, la sección de la Benemérita que investiga los delitos. Sin embargo, la asociación mayoritaria de guardias civiles (AUGC) denunció ayer que no hay medios. «Somos pocos y con escaso material», explicó José Rausell, secretario general de la organización en Valencia.

«No tenemos suficientes vehículos camuflados, los sistemas de trasmisiones fallan y la policía judicial tiene que usar sus propios móviles y sus coches en trabajos de vigilancia y seguimiento», denunció Rausell.

Después de la consecución de un delito, la policía judicial interroga a los posibles testigos, toma huellas y cuando hay un posible autor de los hechos, comienza la tarea de vigilancia. «Los vehículos deben cambiarse, como máximo, en dos meses para que los delincuentes no los identifiquen. Además, necesitamos al menos tres coches para no ir siempre con el mismo vehículo. Nos identificaríamos enseguida y echaríamos a perder todo el trabajo hecho».

En cuanto a las trasmisiones, los sistemas que utilizan muchos agentes son «walkies antiguos, demasiado grandes y hasta con antena. Son muy anticuados y poco efectivos. Por eso prefieren su móvil particular».

Y es que el perfil del delincuente que asalta en un chalé es distinto al de hace años. «Ahora son bandas organizadas que se dedican a robar además de traficar con cocaína y otros delitos. Están muy preparados y tienen hasta sistemas de contravigilancia», explicó el delegado de la organización.

Rausell criticó que los guardias civiles tengan que utilizar sus propios medios porque el complemento de productividad que cobran depende de que el trabajo salga bien. «La mayoría de veces los delitos se resuelven por el especial empeño que ponen los agentes, no por sus medios, y tiran de coche y de móvil propio».

Y sin horarios. Los agentes uniformados tienen un máximo de 160 horas mensuales, un tope que desaparece en la policía judicial. «¿Y cómo se va a ir una persona que está vigilando a un delincuente que está cenando y sabe que después va a entregar una mercancía?. Sólo se paga por el trabajo resuelto», comentó.

Tras reivindicar en los últimos años más efectivos para aumentar la vigilancia y evitar los delitos, este año por fin han llegado más refuerzos, pero no a todas las secciones de la Guardia Civil. «Hay más personal patrullando, pero no se ha incrementado el número de efectivos que se dedican a la investigación de delitos. Sí, han mandado personal, pero sin preparación, lo que va en detrimento de la resolución de delitos», explicó el delegado de AUGC.

Sin Internet

Para dificultar todavía más el trabajo de los agentes de la Benemérita, en los cuarteles han quitado además el acceso a Internet. «Podemos acceder a la intranet de la Guardia Civil, donde están conectados todos los puestos, pero no a una web cualquiera. Y eso nos resta mucha efectividad, porque no podemos buscar datos sobre una persona que pudiera estar en una página web».

Según Rausell, todas estas carencias «afectan negativamente a la seguridad de los ciudadanos y la calidad en el servicio. No se debería ahorrar en estos costes».

La Guardia Civil, pese a todo, está resolviendo muchos casos y desarticulando las bandas organizadas que operan en la Comunitat. Cada año se desmantelan 120 organizaciones criminales, 60 la Guardia Civil y otras 60 la Policía Nacional.

La última detención se produjo ayer mismo, cuando agentes de la Policía Nacional de Valencia detuvieron a un joven acusado de atar, amordazar y apuntar con una pistola a la propietaria de una vivienda que le sorprendió mientras robaba. Fue el día 8 y el delincuente, que se apoderó de un ordenador portátil, varias joyas y relojes, ha sido detenido tres días después.

Pero el golpe más efectivo fue la detención de una banda de 19 murcigleros hace dos semanas escasas, una actuación que permitió esclarecer, de golpe, 56 asaltos a viviendas a lo largo de toda la Comunitat. Utilizaban la violencia si era preciso y actuaban en grupos de tres o cuatro personas. Tenían zulos donde se escondían tanto el material que utilizaban para sus robos como para guardar los botines. Fue todo un éxito de la Guardia Civil. Sin embargo, apenas unos días después de estas detenciones, los asaltos a viviendas han continuado e incluso se han incrementado.

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