Mig Punt exige a Gandia que actúe contra la «agresión» de la ermita de Sant Vicent

El encajonamiento de la ermita de Sant Vicent de Gandia entre naves industriales es «una agresión» que pone en evidencia el «estado de olvido» en que ha caído este edificio «de gran interés histórico y cultural».

La Asociación Arc de Mig Punt, que vela por la conservación del patrimonio, considera que la construcción de una nueva fábrica impide la contemplación del templo, el cual ahora sólo se podrá admirar desde el río, y pide una actuación inmediata.

Tras la publicación en LAS PROVINCIAS de esta información, Arc de Mig Punt ha presentado una instancia en el Ayuntamiento de Gandia a través de la cual recuerda al gobierno que la ermita de Sant Vicent figura en el listado de edificios protegidos del Plan General de Ordenación Urbana. Por ello, según la asociación cultural, está afectada por el artículo 133 que hace referencia no sólo a la protección del inmueble sino también de la de su entorno.

La presidenta de Arc de Mig Punt, Isabel Canet, considera que el Consistorio tiene la obligación de salvaguardar la ermita «para trasmitirla a las futuras generaciones y promover el conocimiento de su valores entre la ciudadanía, como ejemplo de nuestro patrimonio cultural».

Por todo ello, Arc de Mig Punt exige al alcalde de Gandia, José Manuel Orengo, y al concejal de Territorio y Sostenibilidad, Fernando Mut, que impida «inmediatamente» cualquier construcción en el entorno del monumento religioso y, por tanto, evite la edificación de la nave industrial que ocultará la fachada sur de la iglesia. Este colectivo exige también que se busque la manera de solucionar este problema sin que perjudique al propietario del solar adyacente a la ermita, «el cual de ninguna manera ha de ver afectados sus derechos».

Esta agresión, según las mismas fuentes, ha de adherirse a la de otros edificios históricos de la ciudad como el morabito, las alquerías, las casas tradicionales del casco histórico, «los cuales sufren la indiferencia de los responsables políticos».

El Consistorio permitió hace menos de una década la construcción de naves en este lugar. Las parcelas adjudicadas lindaban, pared con pared, con los muros del templo del siglo XVIII, pero del que se tiene constancia que existía en el siglo XVI.

Ahora, otra empresa propietaria de una parcela está construyendo una nave industrial cuya pared recorre todo el lateral del edificio y está a una distancia de poco más de dos metros de los muros del siglo XIII.