«Traer a mis niños a España es mi mayor anhelo»

A Jorge Horacio Escudero, natural de Medellín, le faltan las dos cosas más importantes de su vida, de 15 y 18 años. Pero también tiene algún motivo para sonreír. El pasado jueves recibió el permiso de trabajo y residencia, como consecuencia por su encomiable actitud el pasado 8 de junio, cuando ayudó a rescatar a una anciana del incendio que devoraba su finca.

Con los papeles en la mano y su esposa y varios familiares a su lado, gran parte de sí mismo sigue en Sudamérica. Quiere encontrar trabajo, premisa fundamental para tocar con los dedos su sueño más deseado. «Aquí también están mi hermana y mis sobrinos, pero mi principal anhelo es traerme a mis dos hijos. Ojalá pudiera quitarme esta espina», relata tras pasar una mañana de sábado algo diferente. También buscó trabajo, pero en esta ocasión con los papeles en regla.

La historia de Jorge es la historia de cualquier inmigrante que se lo juega todo cruzando el charco para llegar a España. «En la vida, uno siempre quiere mejorar para sacar adelante a su familia, para darles algo mejor», responde cuando se le pregunta por la causa de su emigración. Actualmente está sin trabajo, y evidentemente, sin ninguna prestación por desempleo. Era irregular.

Condiciones laborales

Las mejores condiciones laborales de Europa le decidieron a emigrar. «Venía de un lugar donde era un poco más fácil encontrar trabajo. En España y sin papeles la cosa cambia bastante. Mis familiares ya me advirtieron de que había que tener paciencia», comentaba ayer.

«En Colombia era transportista, aunque también trabajé de camarero. Allí hace uno de todo. Aquí he trabajado en reformas y también en hostelería. He aprendido el oficio de escayolista», relata, resumiendo su 'vida laboral' tras tres años en la Comunitat.

El 8 de junio, la casualidad quiso que Jorge estuviera esperando en la esquina de Cirilo Amorós a otra persona, también por motivos laborales. «Me di cuenta de que empezaron a caer trozos de persiana ardiendo, y decidí acercarme para ayudar». El resto de la historia llegó a todos los medios de comunicación y ha motivado su regularización por motivos extraordinarios.

Después de que la subdelegación del Gobierno le diera los papeles por su acción heroica, aún le queda mucho camino que recorrer, aunque se sabe privilegiado respecto a muchos de sus compatriotas. «Se me han facilitado las cosas, pero con esta crisis encontrar trabajo va a ser difícil. Y sin él no puedo montar nada». añade.

También tiene palabras de agradecimiento hacia la Conselleria de Solidaridad que dirige Blasco, y hacia su mediadora cultural, que le han apoyado en todo este proceso. «Su ayuda me ha servido mucho», concluyó.