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CARMEN VELASCO
Viernes, 20 de noviembre 2009, 03:40
Nueve meses de silencio. El Ayuntamiento de Valencia y los gestores del legado de Vicente Blasco Ibáñez no se reúnen desde febrero, cuando estalló el conflicto entre la heredera del escritor valenciano y el consistorio. Gloria Llorca Blasco-Ibáñez denunció públicamente el abandono cultural que las autoridades municipales propician a la casa museo del autor de 'Cañas y barro'.
El edificio no está en mal estado, más bien lo contrario. La crítica procede de la falta de atención, la escasez de promoción y el desinterés por organizar actividades para dinamizar los fondos del fundador del diario 'El Pueblo'. Esta situación, según la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez, ha originado escenas poco gratificantes para la familia del novelista. «Alguna vez han venido investigadores de Estados Unidos para estudiar la obra del escritor, han llegado a la casa museo y salvo al vigilante no han encontrado a nadie que pudiera ofrecerles información sobre el escritor», relató Ángel López, secretario de la fundación.
Estas situaciones, afortunadamente, ya no se producen, pero sí evidencian cierta dejadez por mantener viva la memoria del autor de 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis', que fue uno de los primeros 'best seller' en EE UU.
La heredera de Blasco Ibáñez no aprecia movimientos sustanciales en el Ayuntamiento para evitar que la herencia del escritor de 'Arroz y tartana' abandona de la ciudad el Turia y relega toda la gestión en la fundación. La voluntad de Gloria Llorca es mantener los fondos de su abuelo en Valencia, la ciudad donde nació, pero desea que el legado del escritor de 'Entre naranjos' sea valorado, es decir, que no sea sólo objeto de vitrinas. Ni tan siquiera reclama una contraprestación económica por ceder en depósito fotografías, objetos familiares, libros y documentos. La cesión es gratuita al Ayuntamiento a cambio de que las autoridades municipales pongan en valor la memoria del ilustre valenciano.
Sin convenio desde 2004
El convenio que regía la administración de los fondos de Blasco Ibáñez venció en 2004. La fundación y la heredera otorgaron un plazo de hasta tres años para retomar las negociaciones. Nada se hizo. En 2007, Gloria Llorca se vio obligada a reclamar por registro de entrada la devolución de los bienes que alberga la casa museo.
Ante esta maniobra, el Ayuntamiento reaccionó y se comprometió a retomar el acuerdo. Ante la voluntad del consistorio, los herederos dejaron en 'stand by' la petición de recuperar los fondos. 2008 fue un año de transición, marcado por la celebración del 75 aniversario de la repatriación del cuerpo del político republicano. Tanto el Gobierno local como el nacional se volcaron en la exposición 'Blasco Ibáñez vuelve a Valencia (1933-2008)' en el edificio de Correos. Tres meses después, los herederos alzaron la voz para reclamar un trato justo al legado de escritor valenciano. Desde febrero hasta ahora, la renovación del convenio sigue pendiente. Ayuntamiento aún no ha convocado a los familiares del novelista para negociar el futuro del legado.
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