Quique valoraría un empate pero quiere salir a ganar

Hace tres días, en el Calderón, el Valencia fue un equipo humilde y ahora Quique quiere que, sin perder esa honestidad, sus jugadores se conviertan en guerreros. “Me gustaría ofrecer ese perfil toda la temporada; la imagen de un equipo bien armado. Para conseguirlo –afirma– se necesita mucha solidaridad”.

Tras dos años de ausencia del máximo torneo continental, el Valencia regresa a la Champions y empieza la liguilla frente a un rival que trae buenos recuerdos, porque el conjunto griego fue uno de los enemigos en el inicio del camino hacia la final de Milán. Quique considera que el valor más importante “es que, tras ese paréntesis, no se ve imposible alcanzar esa opción. Hace dos años parecía una utopía y ahora nadie lo ve así.Vamos a luchar humildemente, con afán de superación, y aunque seguramente no somos los favoritos, apuntamos buenas maneras para dar esa sensación”.

Ganar y ser inteligentes

Quique no se conforma con el empate. Quiere ganar al Olympiacos. “Tenemos dos objetivos –explica–; primero, salir a ganar en cada partido. Lo que no sea eso, hay que considerarlo un error. Pero como se trata una liguilla de 18 puntos, también hay que ser inteligente en esa situación. Vamos a plantear el partido para ganar los tres puntos, que es lo que más satisface, aunque todo lo que sea puntuar fuera de casa siempre es bueno. Pero aquí venimos decididos a por la victoria”.

Aunque Quique no es de los que dan pistas sobre la alineación, el hecho de repetir la última convocatoria, parece que sea un síntoma. “En este partido buscamos mantener los valores más sólidos que te tenemos a día de hoy. Estamos contentos por el funcionamiento del equipo, pero cada encuentro es ante un rival de distintas características. No tiene nada que ver ni con el Betis ni con el Salzburgo ni con el Atlético. Los esquemas son diferentes y hemos de adaptarnos a las necesidades. ¿Cambios? Los justos y convenientes. Es fundamental seguir mejorando y corregir los errores que entendemos que arrastramos. Debemos ser tan precisos como en la jugada del gol del último partido, pero no debemos perder metros como sucedió luego”.

La rueda de prensa que ofreció Quique antes del entrenamiento tuvo una anécdota. Aparte de que la traducción al castellano y griego, y viceversa, demoró su intervención, en determinado momento hubo un apagón. Duró un par de minutos, lo suficiente como para adquirir protagonismo por las bromas y comentarios sobre el coqueto estadio.

Resuelto el problema, Quique habló de la importancia del trabajo colectivo, uno de los piropos que le echó el técnico rival. El entrenador del Valencia le devolvió el cumplido al referirse al Olympiacos como “un equipo con tradición, experiencia, que sabe manejarse en competiciones europeas y que puntualmente atesora calidad, con jugadores como Rivaldo, Okkas, Castillo, Djordjevic... difíciles de frenar”.

Quique abordó el asunto de las rotaciones. De entrada dijo que tiene plena confianza en los jóvenes (en alusión a Albiol, Silva y Gavilán). “Creo en sus valores. Es gente prreparada, segura, capaz de transmitir, y nos satisface que tengan ese impulso”. Después aludió a las escasas rotaciones de la campaña pasada. “Nos gustaria no repetir la desgracia de tener tantas lesiones. Quisiéramos que todos los jugadores fueran partícipes activos. Pero las rotaciones tienen mucho más que ver con el rendimiento de cada jugador”.

Más adelante Quique recordó que en el Calderón introdujo cuatro cambios respecto al partido anterior, y al comentarle que precisamente él dijo que cuando las cosas funcionan los retoques deben ser mínimos, argumentó que a pesar del número de futbolistas nuevos, “el equipo se pareció a lo que queríamos, a lo que veníamos haciendo. Lo importante es que mantuvimos el mismo estilo de fútbol, de juego”.