Los arqueólogos hallan el foso del castillo de Jaime I en El Puig

“Una gran parte del castillo de Jaime I puede estar enterrado en la montaña de la Patà”. Así de claros fueron ayer miembros del equipo de investigación al hallar en las excavaciones en El Puig casi dos metros de piedra del foso defensivo de la fortaleza desde la que Jaime I inició la reconquista de Valencia.

La importancia de estos hallazgos no se miden por su antigüedad sino por su significado. Desde estos muros los tropas del conquistador iniciaron la toma del Reino de Valencia en el siglo XIII.

Han pasado ocho siglos desde entonces y en la montaña de la Patà sólo se mantenía los restos de una torre y parte de los muros del castillo. Sin embargo, el tesón de los historiadores locales puede cambiarlo todo. Las primeras excavaciones han comenzado a confirmar lo que algunos expertos como el historiador Julio Badenes pensaban. “El castillo de la reconquista es recuperable y gran parte de su estructura se puede encontrar bajo la montaña”.

Sorprendente hallazgo

Las excavaciones comenzaron hace apenas dos semanas y pretendían consolidar los muros del castillo. Sin embargo, en ese proceso de excavación se ha encontrado el principio del foso que rodeaba la fortificación. “Aprovechando la ladera, los entonces pobladores del castillo, trabajaron la piedra de la montaña para crear el foso”, indicó el historiador Julio Badenes.

Este descubrimiento formaría parte de los elementos defensivos del castillo, que junto a los muros evitarían que el enemigo accediera a la fortificación.

El foso y las murallas pertenecen los dos al siglo XIV, y la piedra del foso fue tallada “de forma manual con la ayuda de palancas siguiendo las vetas propias de la montaña”, indicó el arqueólogo, Enrique Estevens.

Los hallazgos encontrados en el castillo y la posibilidad de descubrir nuevos tesoros históricos ocultos ha provocado que el equipo arqueológico, que trabaja la zona, aumente el tiempo de las excavaciones. Está previsto que la próxima semana salga a la luz más de 4 metros de foso. “La disposición de la piedra encontrada imposibilitaba el acceso al castillo. Se trata de un foso en pendiente y no un enorme agujero, con esta forma era todavía más difícil acceder porque es muy resbaladizo”, explicó Badenes.

Por otra parte, y según explicó el arqueólogo, “en la parte norte-este, donde se encontraba el aljibre y donde residían los pobladores es probable que existiera un foso en profundidad”.

Perímetro del castillo

El proyecto que se está ejecutando en la fortificación de Jaime I pretende consolidar el perímetro del castillo para evitar nuevos derrumbamientos.

Desde hace décadas y como resultado de las lluvias y las raíces de árboles, que fueron plantados en la montaña, partes de la fortificación se han ido desprendiendo hasta llenar, en parte, las laderas. El proyecto pretende frenar el rápido deterioro que estaba sufriendo.