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S. MASCARELL
Miércoles, 4 de octubre 2006, 04:57
El Ayuntamiento de Torrelodones comienza a ser más conocido en la Valldigna que otros municipios vecinos. Y es que en el término municipal de este pueblo de la Comunidad de Madrid descansa una de las joyas del monasterio de la Valldigna, el claustrillo del abad. Por ello, cada paso que da para que sea devuelto es evidentemente noticia en esta zona de la Safor.
Pues bien, la propuesta que ha aprobado el último Pleno ordinario es, por segunda vez, la modificación puntual de las Normas Subsidiarias para rebajar el grado de protección del claustrillo de la Valldigna, ubicado en el Palacio del Canto del Pico. Un paso más pero no el último.
Con este trámite, de los que el Pleno debía dar, el Ayuntamiento de Torrelodones cumple con los acuerdos adoptados por el Consejo de Ministros y la Comunidad de Madrid, tras la petición de la Generalitat Valenciana para que el monumento sea trasladado a su lugar de origen.
El pasado mes de junio, el Pleno municipal aprobó, de manera inicial, la modificación de las Normas y, tras su tramitación, el asunto se volvió a llevar a Pleno para proceder a una aprobación que, a efectos municipales, es la definitiva.
La Comisión de Urbanismo de la Comunidad de Madrid tendrá que ratificar ahora el acuerdo plenario para poder hacer efectivo el traslado, que deberá contar con la preceptiva licencia municipal de obras, que actualmente se encuentra en tramitación.
La licencia de obras será el último y definitivo paso para que los expertos encabezados por el arquitecto conservador del monasterio, Salvador Vila, pueda dirigir de una vez por todas el desmontaje y posterior traslado del monasterio.
El acuerdo suscrito por el pleno de la Corporación de Torrelodones contempla la instalación de una réplica del monumento en el Palacio del Canto del Pico que deberá ser asumida por la Generalitat. Esta réplica tendrá un coste de unos 300.000 euros y el propio gobierno valenciano ya ha anunciado que se hará cargo de su adjudicación. A esta cantidad hay que sumar el millón de euros que se ha pagado por la compraventa del claustrillo.
Es la primera vez que el Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, órgano compuesto por todos los partidos con representación en la Asamblea de Madrid y diversos expertos en Arte e Historia, acepta la instalación de una réplica en un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural.
La decisión se adoptó tras la comparecencia del Alcalde de Torrelodones, Carlos Galbeño, en una sesión del Consejo en la que razonó la importancia de instalar la réplica con el objetivo de paliar el efecto visual y estético que tendría la simple retirada del claustrillo como parte de un conjunto que permanece en la memoria histórica del municipio y sus vecinos, en defensa del acuerdo plenario sobre este asunto.
El claustrillo del Palacio del Abad, por su parte, será desmontado piedra a piedra y algunas tendrán que ser restauradas debido a que su traslado a un lugar, donde los cambios de temperatura son extremos, ha hecho mella en la calidad de la obra.
Desde la Fundación Jaume II el Just insisten en que está todo listo para iniciar el proceso de traslado de este claustrillo que fue vendido en los años 20 por el anterior propietario de cenobio cisterciense al palacio del Canto del Pico donde residió durante algunos verano Franco.
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