Un discípulo para el Arzobispado

tal y como establece el Código de Derecho Canónico, el pasado 12 de febrero, el día que cumplía los 75 años, el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, presentó su dimisión ante el Papa. Ante la inminencia de la celebración del V Encuentro Mundial de las Familias y la visita de Benedicto XVI todo el mundo dio por supuesto su continuidad hasta el mes de julio.

Ahora, pasadas estas fechas, los rumores sobre su posible sustituto son cada vez más insistentes en los medio eclesiales valencianos. Fuentes de la archidiócesis dieron prácticamente por segura su continuidad al menos durante un año más. No es una situación extraña, ya que el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, presentó hace dos años su dimisión y aún continúa al frente de la archidiócesis a la espera de un sustituto.

Desde el Vaticano se considera que García-Gasco ha hecho una buena labor por lo que su sustitución no es una prioridad en estos momentos, pese al desgaste físico que el arzobispo ha sufrido durante los últimos años.

Valencia es una diócesis tranquila y en la que no existen tensiones ni ningún factor que obligue a un cambio inmediato, tras el trabajo realizado por los prelados desde los años setenta. Además, el actual arzobispo podría todavía continuar sin especiales problemas durante algún tiempo.

Sin embargo, en ambientes eclesiales ya han empezado las especulaciones sobre el sucesor de una de las principales diócesis españolas.

Candidatos

En un primer momento se barajó la posibilidad de que Ricardo Blázquez, actual obispo de Bilbao, accediera a la archidiócesis valenciana, ya que como presidente de la Conferencia Episcopal parecía conveniente que ocupara una archidiócesis de peso y con tradición.

En un primer momento, se le llegó a situar en Zaragoza en sustitución de Elías Yanes. Pero el nombramiento de Manuel Ureña deshizo esta opción por lo que cobró fuerza su candidatura para ocupar la sede valenciana.

Pero, de momento, sus posibilidades de abandonar Bilbao son escasas, según destacan las mismas fuentes. Blázquez está al frente de una de las diócesis más complicadas de España y sustituirlo no es fácil. Fuentes diocesanas señalan que desde el Vaticano ya se ha empezado a preparar a su sustituto al nombrar titular de Palencia al vasco José Ignacio Munilla Aguirre, que acaba de asumir su cargo.

Munilla Aguirre se perfila como el más que probable sucesor de Blázquez una vez que adquiera experiencia al frente de una diócesis. El resto de requisitos ya los cumple. Es vasco, tiene un carácter conciliador y con una buena imagen.

Las mismas fuentes precisan que puede permanecer en Palencia unos cuatro años o cinco años, momento que coincidirá con la presentación de la dimisión por parte del cardenal Antonio Rouco Varela, que seguirá en Madrid, ya que prácticamente está descartada su marcha a Roma por edad. Una sede adecuada para Blázquez si continúa al frente de la Conferencia Episcopal.

Tampoco es probable que el cardenal Cañizares vaya a ocupar un cargo en el Vaticano y deje así vacante la sede de Toledo para que la ocupe Blázquez, ya que es el hombre de confianza del Papa en España y ya se descartó esta posibilidad al ocupar el puesto de Primado de España. El titular de Bilbao aún tendrá que esperar para ser arzobispo.

Ante ello, las posibilidades para sustituir a García-Gasco son varias. La que está cobrando más fuerza en las últimas semanas es la de Jesús Murgui, nacido en Aldaia en 1946, y que en estos momentos es el titular de la diócesis mallorquina.

Murgui cuenta con la ventaja de que es valenciano, fue auxiliar de García-Gasco durante varios años y significaría la continuidad con la línea emprendida por el actual arzobispo al frente de la archidiócesis.

Otros candidatos son el titular de Tortosa, Javier Salinas, también valenciano, o el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro. Aunque todo indica que el Vaticano se va a tomar con calma la sustitución de García-Gasco.