¿Quieren que les cuente el final?
M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO
Domingo, 29 de octubre 2006, 03:35
La política española es como una película de Serie B: se ve venir.
En muchas de esas películas, desde que salen a escena los protagonistas se intuye que se encontrarán casualmente, se enamorarán y acabarán juntos... y eso que aún no se conocen. Además no solo puede imaginarse que el chico y la chica se unirán hasta que el The end los separe. El espectador también es capaz de adivinar en qué lugar ocurrirá: en el semáforo de la calle 83, en el Buds coffee y a los pies de la Estatua de la Libertad. Se veía venir. Por eso son películas tan poco interesantes, porque la trama pertenece al universo creativo de , aproximadamente.
En la política actual española, hay episodios que hacen exclamar al espectador aquello de ¡lo sabía!. No se trata de un pasante de Aramis Fuster sino de sentido común.
Desde que empezó el llamado proceso de paz, los pasos eran como las escenas del culebrón. Todos sabíamos que antes o después se produciría la vuelta de Batasuna a la legalidad y, lo que es peor, ocurriría sin que cambiara nada. Sabíamos que se suavizaría el trato a los presos cuando no el reagrupamiento y quiera Dios que no la amnistía.
Sabíamos que se haría sin dar cuentas a nadie, con secretismo y con cierto disimulo disfrazado de responsabilidad de Estado, etc.
Todo se veía venir, por eso la oposición, en lugar de centrarse en una descalificación global hacia el PSOE y ZP, debía haber desplegado una estrategia más inteligente de anunciar, advertir y anular el efecto de todos los pasos que se iban a dar cuando no debían darse. En lugar de gritar sin más, debía haber controlado lo que se estaba haciendo con serenidad y disposición a aceptar lo aceptable. El problema es que también se veía venir el fracaso del PP utilizando la cuestión terrorista como principal arma electoral. Lo mismo que ZP. Ya me lo dirán. Yo lo veo venir.
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