Las agustinas inician el proceso para expulsar de la orden a las dos monjas de Bocairent

Las agustinas exigen a Celia y Sara, las monjas de 55 y 35 años que regresaron al convento de Bocairent para evitar que la orden lo vendiese a un promotor, que abandonen el convento de la Vall d’Albaida. Las madres han recibido la primera de las tres amonestaciones tras las que, según el Código de Derecho Canónico (CIC), serían expulsadas.

Celia y Sara han recibido por separado sendas amonestaciones en las que textualmente se les recuerda: “Tu comportamiento y actitud está siendo causa de escándalo grave para muchos religiosos y creyentes de la zona”.

El escrito fue remitido por la madre federal y priora del monasterio de Sant Mateu, Gracia Flor. Según CIC, un miembro de cualquier congregación religiosa puede ser expulsado, entre otros motivos, por “desobediencia pertinaz a los mandatos legítimos de los Superiores en materia grave”. También recoge “el escándalo grave causado por su conducta culpable” o “las reiteradas violaciones de los vínculos sagrados”.

Primera amonestación

Con la primera amonestación se inicia el proceso de expulsión de las dos religiosas. Antes de llegar a esta drástica decisión, la normativa eclesiástica aún contempla dos amonestaciones más que se notifican con intervalos de quince días.

Ante esta situación, las dos agustinas de Bocairent ya han recurrido la medida tomada por la madre federal. El propósito de la orden es que las dos religiosas abandonen el convento de Bocairent para que pueda disponerse su venta.

El edificio se encuentra en este momento a disposición del mejor postor si se tiene en cuenta las condiciones establecidas en la oferta realiza preferentemente al Arzobispado de Valencia y al propio Ayuntamiento de Bocairent, por este orden. Sin embargo, ambas instituciones consideraron desorbitado el 1.500.000 euros, es decir 250 millones de las antiguas pesetas, que pedía la Orden de San Agustín.

Cinco días para contestar

Según el escrito remitido por un intermediario el pasado día seis de septiembre, tenían cinco días para contestar a la oferta. “De lo contrario “entenderemos que no tienen interés en la compra y procederemos a estar liberados del compromiso que en su día se les efectuó”, recogía el documento.

El plazo ya expiró sin que las partes interesadas llegaran a ponerse en contacto.