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Valencia

Ser diabético en un país pobre

M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO

Miércoles, 15 de noviembre 2006, 04:10

Cuando se habla de las coerciones del mundo desarrollado sobre la salud de los países pobres, parece que todo se reduce a determinadas imposiciones de grupos religiosos en torno al uso del condón para la prevención del sida. Sin embargo, a pesar de la incidencia que el sida tiene en el continente africano o asiático, hay otro tipo de dolencias de las que no se habla, quizás porque no hay intereses ideológicos detrás.

En cualquier caso, lo más importante es que hay grupos de presión impidiendo el acceso a la salud a millones de personas, mucho más poderosos y, sobre todo, perjudiciales que la Iglesia. La diferencia radica, sobre todo, en que las críticas que la Iglesia hace sobre los métodos para prevenir enfermedades de transmisión sexual en los países pobres pretenden evitar la manipulación del ser humano, es decir, no buscan un beneficio propio sino el beneficio de toda la humanidad aun con todos sus aciertos o desaciertos. En cambio, las presiones de la industria farmacéutica tienen su razón de ser en la propiedad intelectual y el beneficio que su defensa reporta a las grandes multinacionales.

Eso es lo que está denunciando Intermón Oxfam, con motivo del aniversario de la Declaración de Doha. Esta ONG ha publicado un informe sobre el acoso farmacéutico hacia los países pobres por parte de las grandes corporaciones, en el que explica lo difícil que es estar enfermo en estos lugares.

Para nosotros, acostumbrados a un mimo estatal que no apreciamos lo suficiente, resulta extraordinariamente inquietante saber que ser diabético en España es una molestia con la que se puede vivir, pero serlo en África es un problema grave de salud que acarrea la muerte por no poder tener los medicamentos adecuados. Si pensamos, además, que los datos de Intermón dicen que la mayor parte de diabéticos vive en países pobres, podemos hacernos a la idea de que la imposibilidad de acceder a los medicamentos constituye una de las mayores vergüenzas del mundo contemporáneo.

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