Pobrestristes niños ricos
M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO
Miércoles, 22 de noviembre 2006, 04:43
Hay virtudes humanas que disfrutan quienes las poseen y otras, en cambio, aquellos que rodean al virtuoso. Así, si uno es generoso, el beneficiado es su prójimo más que él mismo, en cambio, si es optimista, sus efectos redundan en él y en los demás.
La capacidad para ser feliz es una de las habilidades más necesarias aunque poco cultivada que disfruta quien la posee. Es una herramienta importante para vivir pues significa que uno es capaz de ser feliz en cualquier circunstancia.
Es cierto a veces la vida se pone cuesta arriba pero el aprendizaje de la felicidad es fundamental siempre. Él ayuda a cambiar la percepción de las cosas pues no se trata de que el optimismo llegue como caído del cielo sino de saber construirlo. Es lo que afirma el famoso aforismo según el cual lo importante no es lo que nos pasa sino cómo vivimos lo que nos pasa.
Esa es la razón por la que resulta complejo sentirse bien en la adolescencia e incluso en la juventud pues son periodos de formación y consolidación de las propias habilidades vitales.
Sin embargo, es curioso que, según un sondeo realizado a jóvenes de todo el mundo, quienes viven en países en vías de desarrollo se sienten más felices que quienes lo hacen en países ricos.
El dato no hace sino confirmar que la felicidad no depende tanto del entorno como de la fuerza interior. Los jóvenes más felices, según esa encuesta, son los indios y los más infelices, los japoneses.
La alegría de quien vive en un entorno pobre procede de la esperanza en un futuro mejor mientras que la tristeza de los países ricos nace de la falta de optimismo. Por eso, seguramente, la religiosidad va unida a la felicidad en esos entornos.
Los jóvenes ricos carecen de optimismo y de proyectos. Debería ser al contrario puesto que la vida en un país pobre llama al desaliento pero lo que ocurre es que allí hay motivos para luchar.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.