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FRANCISCO ROMERO
Domingo, 26 de noviembre 2006, 04:15
El presidente de Caja Castilla-La Mancha (CCM), Juan Pedro Hernández Moltó, acudió a respaldar el stand de su entidad financiera en la feria Urbe Desarrollo que se ha venido celebrando esta semana. Estamos aquí porque es un sitio de referencia para la actividad inmobiliaria y nosotros tenemos una importante presencia en el sector, de modo que teníamos que venir, señala. De hecho, el peso del crédito hipotecario en la CCM ronda el 38% de su volumen, circunstancia que Hernández Moltó considera natural porque está en la media del sector que se mueve entre el tercio y el 50%.
El desembarco de la caja en la Comunitat Valenciana hace solo unos meses ha tenido precisamente ese enfoque. La entidad utilizará la nueva sede en Valencia como cabeza de puente para extender su negocio por el litoral mediterráneo. El dinamismo económico que se vive en la autonomía y el vigor que se está dejando sentir en el sector inmobiliario justifica la entrada de estas entidades de crédito en la zona. De hecho, a las pocas semanas de la apertura de la primera oficina de la CCM ya había alcanzado un acuerdo con 26 empresas constructoras.
Hernández Moltó señalaba que algunos de los múltiples invitados que colmaban el stand de la entidad financiera en Urbe se extrañaban de las dimensiones del certamen, pero él tiene claro que se ha convertido en la tercera del Mediterráneo con vocación de segunda, como lo demuestra el hecho de que mientras algunas van a menos, ésta cada vez gana más en volumen y nivel de actividad.
Sobre la evolución del sector de la construcción, Hernández Moltó se muestra muy confiado. Hay demasiados profetas de apocalipsis sobre la construcción, asegura; a su juicio la mayor parte de los agoreros desconocen el sector y confunden el cambio de ciclo con el cambio de velocidad, se equivocan quienes creen que se agota el ciclo sólo porque ven un saneamiento del exceso de precios. En realidad, lo único que está pasando es que se está adecuando la actividad al mercado, la oferta a la demanda, algo natural que no tiene por qué identificarse con crisis, señala.
El presidente de la caja está seguro de que solo afrontamos una situación más evolucionada en la que ya no basta sólo con construir, hay que ofrecer algo más que ladrillos y para las que las empresas promotoras y constructoras tendrán que cambiar sus modelos de gestión.
En cuanto al proceso de criminalización que está viviendo el sector en los últimos tiempos, Hernández Moltó cree que tampoco es un momento especialmente difícil: No es la primera vez que se viven momentos de tensión, de ruido ambiental, pero vivimos en una democracia responsable y determinadas situaciones indeseables se corrigen. Hernández Moltó cree que en la construcción en España hay mucha profesionalidad y honestidad, aunque pueda haber casos concretos que rompan la norma. Me preocupa eso sí tanto la falta de respuesta ante esas actitudes como las actitudes exageradas de respuesta, señala.
Hernández Moltó ha visto recientemente cómo el empresario Francisco Hernando Contreras emprendía acciones legales contra él después de que CCM le denegara una nueva línea de crédito y resolviera todas las operaciones que tenía abiertas la entidad con el constructor de la urbanización de más de 13.000 viviendas en Seseña. El presidente de la caja se resiste a valorar este hecho pero deja claro su actitud: El que la hace que la pague y que la pague rápido y suficientemente. Considera que al negocio no le van bien los exhibicionistas, la ostentación es un mal aliado del empresario.
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