Ella esCarmenpero él es Pla

Cuando 007 se quiere hacer el interesante en una película –que es desde que se lee “Starring” hasta que aparece “The End”, aproximadamente–, se presenta como “Bond, James Bond”. Él no es James. Es Bond.

Lo mismo ocurre con los líderes políticos, incluso entre quienes buscan una imagen próxima al ciudadano como en la campaña de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquel momento era ZP, nada de José Luis y ni tan siquiera “Rodríguez”. ZP era la rotundidad en lo que individuaba, lo que marcaba, lo que daba sentido de pertenencia, lo que diferenciaba e identificaba.

Con las mujeres, sin embargo, no ocurre lo mismo. El líder socialista en el Ayuntamiento de Valencia es Rubio; la líder popular, Rita. El candidato a la Generalitat es Pla; la candidata al Ayuntamiento de Valencia es Carmen y su eslogan, “Ahora, Carmen”.

¿Por qué ellas son Rita y Carmen y ellos, Camps, Rubio y Pla? Quizás se explique en la proximidad al ciudadano pues ese es el gran valor de la actual alcaldesa que se resume mejor en “Rita” que en “Barberá”.

Ahora bien, si la razón fuera esa cercanía, el candidato de Ciutadans que aparecía como su madre le trajo al mundo hubiera potenciado el “Albert” y no “Albert Rivera”, como figuraba. Lo mismo puede decirse de los candidatos de ERC que basaron su campaña en la normalidad cotidiana y aparecían con la taladradora en una sesión de bricolaje doméstico o haciendo la compra en el mercado. A pesar de esos guiños, todos aparecían con su nombre y apellidos junto a la foto.

Cuesta pensar que es solo porque se trata de mujeres pues ello revelaría cierto proteccionismo del que están exentas, por naturaleza, tanto Rita (Barberá) como Carmen (Alborch). Caso distinto es el del pobre candidato socialista para Madrid, que necesita no solo nombre y apellido sino chaleco reflectante para ser reconocido. Para colmo, tiene un nombre como apellido: Sebastián. Así no hay estratega electoral que obre el milagro.