Feliz nacimiento del tonto Mitra

Yo no creo en el dios Mitra ni en el dios Apolo y tampoco conozco a nadie que les tenga devoción, por eso cuando llega el 25 de diciembre ninguna de mis felicitaciones ofrece buenos deseos a sus seguidores con ese motivo.

Si alguno de mis amigos fuera un fiel mitraico, no sólo le felicitaría por el nacimiento de Mitra sino que también me interesaría por su fe.

Es posible, incluso que, además, compartiera alguno de sus ritos pues, cuando se estima a alguien, lo importante para el amigo también lo es para uno mismo, no en vano, tengo amigos que creen en algo tan mágico como la información meteorológica de TVE y yo, en su casa, comparto ese acto de fe sin rechistar...

Por eso, vaya por delante mi ¡feliz Janucá! para los amigos judíos y mi ¡feliz Fiesta del Sacrificio! para los amigos musulmanes.

De cualquier forma, a pesar de mi falta de fe en Mitra, lo último que se me ocurriría es reírme de él para felicitar por su nacimiento, no solo por educación y sensibilidad sino por pura lógica: felicitar es desear felicidad a alguien en una fecha importante para él: el 25, para un cristiano, con motivo de la Navidad; el 17, para un judío, con motivo de Janucá y el 31 para un musulmán, con motivo de la Fiesta del Sacrificio.

Desear felicidad en cada uno de esos días es decirle al amigo que quieres que viva feliz tan importante momento del año. Por eso resulta absurdo despreciar esas festividades pero, al mismo, felicitárselas a alguien.

Ese acto de incoherencia lo ha protagonizado el grupo de IU en Morón de la Frontera que ha felicitado con un solemne “Feliz Navidad y próspero año nuevo” junto a un texto en el que se ríe de Cristo. El problema no es sólo la falta de sensibilidad y de respeto sino la falta de coherencia, algo realmente feo para un partido que presume y da lecciones de coherencia.