Confianza con distancia

No vamos a negar que en cítricos nos encontramos ante un acuerdo histórico entre el comercio privado y el cooperativo, quienes hacía muchos años que no se sentaban en una mesa para acordar una postura común. En este caso es un pacto de precios mínimos de referencia de venta de naranjas y mandarinas.

Como representantes de los productores valoramos el compromiso como un paso inicial en nuestro objetivo de devolver la rentabilidad al citricultor, por lo que hemos ofrecido un voto de confianza al segundo eslabón de la cadena, que tiene parte de las llaves para que haya cambios en la ruinosa situación del agricultor.

Pero que nadie piense que este acuerdo va a evitar la quiebra del sector citrícola, porque los precios de referencia pactados no aseguran ni siquiera que el productor vaya a cubrir los costes de producción. De la los 40 cts./kg para naranjas y 55 cts./kg para clementinas, al agricultor apenas le quedan 10 y 15, respectivamente. Así que, partiendo sobre pérdidas, no podemos esperar que cambie el rumbo desastroso de la caída en picado de la rentabilidad de la citricultura.

De hecho, las organizaciones agrarias no participamos en este acuerdo de precios que cooperativas y comercio privado tomaron bajo el amparo de la Conselleria de Agricultura, y del que sólo fuimos informados con posterioridad. Sin embargo, aunque consideramos el pacto insuficiente e insatisfactorio, la trascendencia del acuerdo nos ha impulsado a aplazar el paro citrícola convocado, mientras vamos a continuar nuestras reivindicaciones con otras acciones puntuales. Es necesario que se ponga en marcha la Comisión de Seguimiento del Pacto, formada por representantes de operadores comerciales cooperativos, privados y de la conselleria, que se debería haber iniciado al día siguiente del compromiso, y no diez días después.

La experiencia del sector agrario nos obliga a esperar a que las palabras se conviertan verdaderamente en hechos, por lo que afrontamos estos días con una confianza distanciada por el escepticismo y la cautela. Entre tanto, esperamos que el Gobierno central baje de su nube para responder a alguna de las propuestas de la tabla reivindicativa que le pasamos hace casi dos semanas y de la que todavía no hemos recibido respuesta.

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