Divina Aurora, primera fábrica valenciana de arcas fúnebres

La cooperativa Divina Aurora, ubicada en Xàtiva, lleva más de cincuenta años dedicada a la fabricación de ataúdes para el sector funerario, en una comarca con gran tradición en la creación y consolidación de cooperativas, especialmente de trabajo asociado. Algunas de sus arcas fúnebres han servido para enterrar a personajes como Carrero Blanco, Antonio Machín, Tierno Galván, el jugador de baloncesto Antonio Marín (al que tuvo que enterrar en un arca especial dada su estatura de 2,20 metros), y Pilar Miró, entre otros nombres conocidos.

Constituida por cinco socios pioneros a partir de una empresa privada de la que es heredera, en la actualidad Divina Aurora está inmersa en una dinámica de crecimiento que la ha convertido en la primera fábrica española de arcas fúnebres. Prueba de ello es el espectacular aumento del número de socios y una plantilla con más de 75 trabajadores que desarrolla su actividad en unas instalaciones industriales de 15.000 metros cuadrados de superficie.

En 2005, Divina Aurora alcanzó los seis millones de euros de facturación, comercializando más de 40.000 unidades, una destacada trayectoria que la ha hecho merecedora del homenaje que anualmente otorga la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana en el Día Mundial del Cooperativismo.

Trabajo cooperativo

La que se convertiría en la primera fábrica del sector en España gracias a la fórmula cooperativa estaba en 1948 abocada al cierre: “Amigos, esto se acabó. De vosotros depende que la fábrica siga funcionando. He pensado que hagáis una Cooperativa, si es que creéis que el negocio tiene futuro. Yo por mi parte estoy dispuesto a vender a un precio razonable”. Así comunicaba el propietario de Divina Aurora a sus treinta trabajadores el cierre de la empresa.

La cooperativa se puso en marcha, pero corrían tiempos difíciles; se pidió un préstamo, avalado por el antiguo propietario; no había horarios laborales y las jornadas llegaban a ser de catorce horas; había que apretarse el cinturón en los salarios. Liderada por Alfonso Alcázar, promotor y figura clave en su desarrollo, Divina Aurora se consolidó y muy pronto se caracterizó por fabricar arcas de lujo y de gran calidad para clientes de toda España en un difícil y competitivo mercado.

Traspasando fronteras

Esta cooperativa de Xàtiva ha traspasado las fronteras nacionales y ya comercializa sus productos en Rusia, México, Costa Rica y Chile, y están abriéndose paso en Estados Unidos, concretamente en el Estado de Texas, con la garantía que supone el distintivo de calidad controlada del Instituto Tecnológico del Mueble de Valencia (Aidima) a su sistema de producción. “Las cajas son tratadas como si de un mueble normal se tratara; cuidando los materiales y los acabados”, explica su presidente, Félix Pont. “Buscamos siempre el equilibrio entre la tradiconal sobriedad y la innovación”, añade.

La cooperativa cuenta con su propia flota de camiones industriales, controlando así el canal de distribución; y realiza notables esfuerzos en inversiones orientadas a mantener el equilibrio medioambiental. En este momento, está tramitando la ISO medioambiental, controlando la composición de las pinturas, pulimentos y barnices y la procedencia de la madera, siempre de talas controladas.

Valor humano

Divina Aurora es una empresa en cierto modo familiar, puesto que el equipo de trabajo que la compone, los socios, son desde sus orígenes, vecinos de Xàtiva que se conocen mucho tiempo y que han compartido toda una trayectoria empresarial caracterizada por el compromiso con el trabajo cooperativo.

Según declara su presidente: “el valor humano de esta empresa es impresionante, el gran valor de Divina Aurora. Es una empresa familiar con un gran equipo humano. Ponemos mucho interés en la formación continua de todos nuestros empleados”.