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GUILLERMO GIMÉNEZ GUALDE
Domingo, 17 de diciembre 2006, 05:38
Datos AUREN:
Avenida de la Constitución, 162 Valencia 46009 Tel.: 96 366 40 50 Fax.: 96 365 31 31 rrhh@vlc.auren.es
Un año más, las empresas se preparan para realizar el recuento físico de almacén de final de ejercicio. Es el momento en que salen a relucir todos esos productos de los que prácticamente ni nos acordamos, productos que llevan meses o años sin tener un solo movimiento, las tan temidas referencias D, esto es, las de nula o bajísima rotación.
Es el momento de tomar decisiones en cuanto a la gestión del stock. Como dicen algunos de nuestros clientes, es la hora de hacer limpieza. Limpieza para reducir la obsolescencia, limpieza para reducir nuestra tasa de posesión de existencias. Suele ser habitual encontrar empresas con dicha tasa en torno al 20%, o lo que es lo mismo, mantener un millón de euros de inventario medio requiere 200.000 de mantenimiento.
En los últimos años, se observa un cambio importante en los factores implicados en el coste de los stocks. Nos encontramos en un escenario de costes financieros reducidos, pero no por ello las empresas tienen mejores costes de gestión del stock. Factores que históricamente no se han tenido en cuenta, como la gestión interna de los materiales, ineficiencias en el control de ubicaciones, picking, preparación de pedidos y logística inversa, pesan cada vez en el coste de gestión del stock, además del coste de obsolescencia, muy importante hoy en día.
Una de las variables con más peso, es el Coste de mantenimiento. Es aquel en el que incurre la empresa por el mero hecho de tener stocks. Los stocks, cualquiera que sea la naturaleza de los productos o materias primas que los componen, representan un capital inmovilizado durante un tiempo más o menos largo. Su valor pertenece al activo de la empresa, pero difieren de otras partidas en que su realidad física está en constante modificación. Los costes de mantenimiento se subdividen en dos categorías : Costes financieros y Costes de Almacenaje. Entre éstos últimos, destacan los Costes de funcionamiento del almacén (amortización, salarios, energía, seguros ... ) y el Coste de obsolescencia; cada vez son más elevados, sobre todo para productos que pasan rápidamente de moda o que están en un continuo proceso de mejora tecnológica. Es fundamental una buena gestión de stock para reducir la obsolescencia.
Hoy en día, vemos que una de las ventajas competitivas reside en la propia capacidad de gestionar adecuadamente el inventario, que se ha convertido en un elemento clave de diferenciación empresarial. La empresa que sea capaz de reducir, ejercicio tras ejercicio, su tasa de posesión, tendrá una clara ventaja en el mercado.
La buena noticia es que cada vez menos empresas dudan del coste que suponen los stocks. La mala, que cada vez más nos encontremos con artículos que llevan en almacén lustros.
Buen inventario.
desarrollo sostenible
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