AlejandroSanz y la domótica

La próxima generación de avances domóticos habría evitado los sucesos que esta semana ha sufrido el cantante Alejandro Sanz. Después de conocer el intento de extorsión al que le sometieron dos miembros del servicio doméstico y que le obligó a hacer pública la existencia de un hijo secreto, ha llegado el momento de entrar en la era de los robots: comprar por internet, limpiar la casa con una vaporetta de última generación y optar por el transporte público. Todo, con tal de no tener que contratar a un limpiadora o a un chófer.

Dicen los alarmistas morales que se han perdido los valores. No sé si se han perdido, transformado o sustituido pero sí es cierto que cada época tiene unos valores que, en la siguiente, se relajan, diluyen y ceden el paso a sus antítesis. Ahora que visualizamos la época de la picaresca, gracias a Alatriste, comprobamos el nivel de decadencia moral que había entre algunos españoles de entonces. Era una decadencia que se asentaba en la degradación de los valores caballerescos anteriores.

Del mismo modo, en la actualidad, el valor de la discreción de las personas con las que uno trata, en especial, desde el punto de vista laboral, ha quedado corroído por obra y gracia de la cultura del espectáculo que convierte en oro todo lo que toca, sobre todo si lo puede proyectar en . Así, cualquier empleadillo que ha estado de prácticas durante un fin de semana en tu entorno puede contar intimidades o inventárselas. En ese punto, para colmo, la carga de la prueba recae sobre ti, es decir, eso que dice él se considera cierto mientras el afectado no demuestre lo contrario. Y aun así... Lo hemos comprobado con el Pescaílla, con el clan Jurado y con Julián Muñoz en la cárcel donde los presos, por un instante, pensaron que les habían visitado los Reyes Magos trayendo como regalo la atención televisiva, capaz de un daño moral del que todos los espectadores somos cómplices.