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Valencia

Los gobiernos y los colectivos débiles

M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO

Martes, 19 de diciembre 2006, 04:47

Cuando los afectados por un problema están en situación de inferioridad o dependencia respecto a quienes pueden solucionarlo o paliar sus efectos, por regla general salen perdiendo. Una prueba de esa pauta fue la actuación del Gobierno norteamericano durante el desastre del y, salvando las distancias, la reacción del Gobierno español ante los problemas constantes de Air Madrid. En el caso del , es difícil imaginar un comportamiento similar de las autoridades con la población de Nueva York o de Washington puesto que el peso en la opinión pública de los habitantes de núcleos urbanos tan desarrollados como esos es sustancialmente superior al de la población negra de barrios marginales de Nueva Orleans. Con Air Madrid, a la vista del perfil que tienen la mayor parte de afectados, da la sensación de estar asistiendo a un desvalimiento que raya en la indignidad. Aunque todo ciudadano merece un buen trato, parece que las circunstancias personales de buena parte de los viajeros son las propias de un típico cuento de Navidad con final feliz. Esperemos que con final feliz. Entre los afectados, hay inmigrantes que pensaban volar a sus países de origen como Ecuador o Colombia; familias de algunos de ellos que pretendían reunirse en España con sus allegados o sencillamente personas en tránsito hacia alguno de esos lugares con la misma motivación. Estos colectivos, por lo general, no viajan por placer sino por necesidad y con recursos muy limitados que han ido acaparando durante meses e incluso años para poder realizar ese trayecto tan deseado. Por ello resulta especialmente sangrante ver cómo los problemas de una compañía, la dejadez de unas autoridades en el control y la coincidencia de unas fechas señaladas pueden perjudicar, una vez más, a colectivos especialmente vulnerables. Si bien cualquier ciudadano español debe recibir un trato adecuado, el inmigrante que hace un esfuerzo notable lejos de su casa y de su familia debería ser cuidado para evitarle más daño que el ya producido por el desarraigo.

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