Atajospara iral colegio
M.ª JOSÉ POU AMÉRIGO
Jueves, 21 de diciembre 2006, 04:51
El anuncio de que la proximidad puntuará más en el futuro que ahora para acceder a un colegio concertado supone un alivio indescriptible para los padres. Quienes tienen hijos no considerarán exagerado decir que supone un acto de racionalidad, sorprendentemente ausente en muchas decisiones relacionadas con el mundo educativo. Solo quienes han experimentado la angustia de no poder llevar a sus hijos al colegio de enfrente de casa y sí a otro situado en un barrio lejano saben de lo que hablo. La política de los colegios concertados es, en muchos de sus puntos, uno de los despropósitos mayores que se han desarrollado en España en las últimas décadas. Mucho se habla, cada final de verano, de lo que cuesta equipar a los niños para empezar el curso pero poco del drama que viven las familias cuando de facto no pueden escoger el colegio para sus hijos por mucho que lo proclame la Constitución.
Los conciertos a los que son sometidos los colegios llegan a límites inaceptables como han venido denunciando reiteradamente los padres católicos. De hecho, quienes quieren para sus hijos una educación asentada en determinados valores han de pagarla o bien someterse a una disciplina de distribución por colegios concertados que impide realmente elegir. Por eso resulta tan razonable el argumento del conseller de Educación, Font de Mora: si la escolaridad ya está asegurada para todos, es lógico que pueda cambiarse la jerarquización de criterios. No obstante, al margen de que las autoridades civiles adapten la normativa a la nueva realidad, entre los católicos debería incrementarse el compromiso con la libertad de educación. No se trata solo de alzar la voz sino de asumir que en un contexto laicista es posible que haya de costear la educación católica. Es cierto que no es lo deseable pero se debería empezar a trabajar con esa hipótesis, concentrando los recursos de la Iglesia, sobre todo, en colegios accesibles y en becas para familias que lo necesiten antes que en otros proyectos innecesarios.
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