Y aún dicen que la renta agraria sube
VICENTE LLADRÓ
Domingo, 24 de diciembre 2006, 04:12
Las cuentas del Ministerio de Agricultura dicen que cada agricultor español ha ganado este año una media de 12.913 euros y que la renta agraria ha subido un 0,3%. Así es que quien haya ganado menos, o haya perdido, que mire a ver quién tiene su parte, y que reclame lo suyo. Como es evidente que son multitud, una inmensa mayoría, los que pierden y se encuentran en una situación desesperada, las cuentas oficiales que la Administración nos regala cada fin de año para ilustrar la pretendida ilusión de que estamos en el país de las maravillas suena a desafortunado esperpento, casi a burla, a desvergüenza, y posiblemente a ganas de tocar más a fondo la maltratada moral.
O peor aún, es que no se enteran de nada, hasta el punto de que ignoran que soltar una cosa así sólo conduce a escarnecer más a quienes lo están pasando muy mal y sólo piensan en cómo dejar el campo.
Menos mal que aún tienen la gallardía de reconocer que en frutas y hortalizas ha caído la renta un 13,5%. ¿Sólo un 13,5%? ¿Cuando se vende sin precio y se reciben liquidaciones de cosechas con importes de hace 40 años, eso significa un descenso de sólo el 13,5%, o es que son ganas de capear el temporal?
Ya sé que más de un ilustrado que lea estas líneas estará pensando ahora mismo: vaya demagogia; este no sabe que lo de la renta agraria se obtiene de un cálculo con reglas muy concretas, y esto es lo que sale. Sí que lo sabemos, y ya es hora de que cambie, más que nada porque se engaña a todo el mundo, y con la que está cayendo, no valen componendas. No puede ser que la aparente renta sea el cociente de dividir unos teóricos ingresos globales entre el número de afiliados a la seguridad social agraria. Como el divisor baja de forma imparable, el resultado siempre queda enmascarado, y las rentas se las reparten todos los que son, no sólo una pequeña parte.
En las cooperativas hay socios que imploran que les recolecten su naranja y les den anticipos para poder atender pagos inmediatos. En cajas y bancos empiezan a saltar los avisos de que no hay saldos para atender vencimientos de créditos agrarios, y no se espera que los haya. En los bares de los pueblos se persigue a los teóricos compradores para que recolecten producciones pendientes a cambio de lo que sea, por poco que sea. Lo del acuerdo de precios mínimos ya se ha notado, ya existe precio, algunos compran las clementinas que quedan a 60 céntimos la arroba, 12,78 kilos. Algo es algo, ¿verdad? Y el ministerio nos recuerda que la renta sube un 0,3% y que el 27% de los ingresos son subvenciones. ¿Dónde están?, ¿se las llevan todos por igual?
campo a través
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