El 27,7% de los ingresos agrarios son ayudas de la UE

Una cuarta parte de lo que ganan cada año los agricultores españoles son subvenciones procedentes de la Unión Europea.

En concreto, durante el presente ejercicio ingresaron 23.484,8 millones de euros, de los que 6.505,7 millones (el 27,7%) procedieron de las arcas comunitarias, incluidos los 2.500 correspondientes al nuevo sistema de pago único que la Comisión implantó por vez primera durante 2006. Esta situación, que se repite desde hace media docena de años, puede variar a medio plazo con los nuevos presupuestos de la UE y los cambios para el sector que se preparan desde Bruselas.

Según el avance de datos de la UE y del Ministerio de Agricultura, cada productor obtendrá este año una media de 12.932 euros, un 0,3% más que en 2005 y nueve veces menos que el incremento general logrado por sus colegas europeos, con aumento del 2,6%.

Estas cifras, en cualquier caso, son más positivas de las que esperan los agricultores –quienes argumentan que ellos hacen su análisis “sobre el terreno”–, cuyos cálculos apuntan un retroceso de entre el 12% y el 15% en sus ingresos anuales. En cualquier caso, los números de Eurostat sólo estiman una caída tan abultada para la renta en frutas y hortalizas (-13,5%), lo que contrasta con los avances en la ganadería (un 6,7%) y, sobre todo, en cereales y en la patata (cuyos ingresos mejorarían un 30%).

Los costes de los medios de producción agrícola crecieron un 1,3%, capítulo en el que se incluye un descenso del 1,5% en el consumo y un incremento del 2,9% en los precios, mucho más acusado en el gasóleo (10,7%).

Sin embargo, en cuanto a las ayudas de la UE hay que especificar que su reparto no es equilibrado. Los productos de tipo continental (cereales, oleaginosas, algodón, remolacha, ganadería...) se llevan la mayor parte y los porcentajes de los ingresos pueden superar en algunos casos el 50%, incluso más en ayudas desacopladas. En el polo opuesto están los productos mediterráneos. Las frutas y hortalizas, por ejemplo, que representan casi un 20% de la producción agraria y sufren una caída de la renta del 13,5%, sólo reciben menos de un 4% de las ayudas comunitarias, lo que incrementa su situación discriminatoria y desesperada.