Seis 'novias' despechadas

Un ganador y seis perdedores. La historia de este proceso tan peculiar y agitado de venta se escribe así. Hace muy pocos años, la versión que impregnaba al valencianismo, reforzada por los propios dirigentes, era que el Valencia estaba poco menos que en la ruina total y que nadie quería comerse este marrón y que en el caso de que apareciera alguno, las autoridades le pondrían poco menos que la alfombra roja. Además, la idea era que no habría suficiente musculatura para reanudar las obras del nuevo Mestalla.

Pues bien, lo de Peter Lim saldrá mejor o peor pero nadie puede negar que han habido muchas bofetadas por hacerse con las riendas del club y que al menos sobre el papel ya hay fecha para que el nuevo Mestalla, por fin, se ponga en marcha.

Las acciones de la Fundación han resultado al final de esta historia más apetitosa de lo que parecía en un principio. De la versión que no iba a aparecer nadie se pasó finalmente a un ramillete de candidatos.

Siete aspirantes a comprar el club. Tenían para ello que encandilar a la afición, convencer a la Fundación, encajar en los ideales del actual consejo de administración y más en concreto de Salvo y negociar con Bankia. Nadie fue capaz de cubrir todos los frentes.

Los casos más llamativos han sido, con diferencia, los del ganador (Lim) y los del perdedor. Este último aspecto lo representa la vía que Bankia había colocado en un lugar privilegiado: Cerberus. Era esta firma un gigante que parecía navegar con la seguridad de verse poco menos que ganadora. Pero se ha llevado el gran chasco. Salvo manejó una hábil campaña de desprestigio hacia Cerberus y en las últimas fechas no había patrono que se declarara enemigo del 'fondo buitre' de Bankia.

Además, Cerberus fue el gran objetivo de la afición. Hacia este fondo dirigieron los seguidores valencianistas, particularmente los más bulliciosos, todas sus críticas. Cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde. Salvo le había comido el terreno y los votos.