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V. LL.
Lunes, 25 de mayo 2015, 23:59
El primer alcalde de Valencia tras la guerra, Joaquín Manglano, barón de Cárcer, decidió en 1940 fijar en 10 pesetas diarias el jornal mínimo para los funcionarios del ayuntamiento, decretando además una subida líneal de 1.000 pesetas anuales a cada uno.
Según informó LAS PROVINCIAS en noviembre, diecinueve meses después del fin de la guerra, el alcalde aseguró que las finanzas municipales gozaban de buena salud, puesto que el ejercicio en vigor arrojaba un superávit de 442.456 pesetas. El periódico también informó de que la Diputación de Valencia había ingresado cerca de un millón en el reparto de cédulas personales.
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