Investigan el círculo familiar de la mujer asesinada en Valencia

Una nueva muerte en la Comunitat. Y otra vez, una mujer. La cuarta en menos de tres días. Una cifra dramática. El último cadáver apareció en la tarde de ayer. Se trata de una mujer de 47 años de edad, separada y con una hija de 20 años, que residía sola en un piso en el centro de Valencia.

Ayer. los familiares de la víctima fueron los primeros en dar la señal de alarma. La mujer hacía varios días que no se comunicaba con sus allegados. Tampoco respondía al teléfono. La familia, preocupada, decidió llamar a los bomberos. Y estos, en compañía de la Policía Local, decidieron entrar en la vivienda. La sorpresa fue trágica: el cuerpo sin vida de la inquilina del piso.

No obstante, dos indicios llevan a pensar que fue una muerte violenta, según ha podido saber LAS PROVINCIAS. El piso se encontraba revuelto, con numerosos objetos por el suelo y muy desordenado.

Esta circunstancia se puede vincular a una muerte violenta (la víctima pudo ofrecer resistencia durante el ataque del agresor) pero también a un robo.

Sin embargo, hay otro detalle más revelador. Según las fuentes, el cadáver presentaba un pañuelo en el cuello que, en principio, podría haberle causado la muerte por asfixia.

No obstante, será la autopsia lo que acabe por concretar la causa del fallecimiento. La necropsia está previsto que se realice hoy en el Instituto de Medicina Legal de Valencia (IML).

Los bomberos entraron a la vivienda alrededor de las ocho y media de la tarde. Nada más comprobar que se trataba de un posible crimen, avisaron a los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional.

La puerta no estaba forzada. Y este siempre es un dato clave en las investigaciones porque la víctima podía conocer a la última persona que estuvo con ella en la vivienda.

Los especialistas de la Policía Científica realizaron una exhaustiva inspección del piso, en la calle Císcar de Valencia, y recogieron pruebas para tratar de dar con el autor o autores del crimen. Además, se entrevistaron con vecinos y algunos familiares para tratar de encontrar quién puede estar detrás de este asesinato. Incluso preguntaron a los responsables de algunos comercios cercanos.

La policía no quiso dar información del caso ni las principales hipótesis que maneja porque la jueza decretó el secreto de sumario. Los vecinos, en cambio, sí que hablaron. Varios de ellos aseguraron que no oyeron ningún ruido ni discusión procedente del piso durante los últimos días.

En el patio de la vivienda, en el número 16 de la céntrica vía, se vivieron escenas de mucho dolor. Los familiares se abrazaban y no daban crédito a lo que había sucedido. Amigas de la víctima acudieron al domicilio en la noche de ayer, nada más enterarse de las extrañas circunstancias de la muerte. También se presentó la hija de la víctima.

La mujer, que según los vecinos trabajaba como arquitecta, se había trasladado a este piso hace apenas unos días, en concreto, en San José. Al parecer vivía sola. Según sus allegados, estaba «muy contenta con el traslado» a esta la zona de la ciudad.

Fuentes vecinales indicaron que, según había comentado en alguna ocasión la propia víctima, «mantenía un problema familiar por una herencia». No obstante, nunca concretó de qué se trataba exactamente y no se ha podido confirmar si esto guarda relación con el crimen. Los residentes de la finca la definieron como una mujer «educada, de aspecto juvenil, algo bohemia en su manera de vestir y muy discreta». Frecuentaba las cafeterías y restaurantes de la zona de Cánovas acompañada por sus amigos.

La jueza de instrucción número 17 de Valencia, encargada de la investigación, autorizó el levantamiento del cadáver pasadas las diez de la noche.