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Denuncias vecinales

El mapa okupa de Valencia

Las asociaciones reivindican actuaciones urbanísticas y de limpieza para mejorar las dotaciones públicas de sus distritos

I. DOMINGO

Domingo, 13 de mayo 2012, 12:33

Edificios en estado ruinoso, construcciones abandonadas, solares que se convierten en vertederos y casas con inquilinos nunca deseados. Es la otra cara de algunos de los barrios de la ciudad de Valencia y ante el que las respectivas asociaciones de vecinos piden una actuación inmediata, orientada sobre todo a evitar riesgos para las personas.

Uno de los barrios donde el problema es más acusado es el Cabanyal, donde tres calles (Los Ángeles, San Pedro y Progreso) concentran los mayores riesgos por las casas ocupadas ilegalmente y por el estado de ruina de muchas de ellas. Según el portavoz de la asociación de vecinos del Cabanyal, Vicente Gallart, esta situación genera «conflictos y condiciones de vida difíciles para los vecinos».

En la misma línea se pronunció ayer, Susi Gallart, de la plataforma vecinal Sí volem, para quien la solución pasaría por tabicar las casas que están abandonadas, como ya ha hecho el Ayuntamiento con algunas. Fuertes discusiones, suciedad, niños que corretean por la calle a altas horas de la madrugada y la sospecha de trapicheos con objetos robados o drogas son algunas de las situaciones habituales que presencian los vecinos del Cabanyal.

Ante esta situación, y tras la actuación de la Policía Nacional en la calle Moncayo, el PSPV, a través de su concejal Pilar Calabuig, solicitó ayer a la alcaldesa que actúe «contra la ocupación de viviendas en el Cabanyal-Canyamelar, al menos con la misma contundencia que ha aplicado en la Cruz Cubierta».

Casco histórico

Mientras, en el centro histórico, en El Carmen, el principal problema es, según el presidente de Amics del Carme, Antonio Casola, «la multitud de edificios en estado ruinoso o pendientes de rehabilitación».

A los que se añaden los solares vallados en condiciones pésimas (y cita como ejemplo el de la calle Serranos) o aquellos que se convierten por varios días en improvisados campings urbanos, con gente que va y viene.

Asimismo, Casola menciona también varios solares propiedad del IVVSA en los que la gente « se reúne por la noche, enciende fogatas, arma escándalo y lo deja todo lleno de desechos». Una situación similar hay en Velluters, con fincas pendientes de una rehabilitación que no llega. Mientras, en Ciutat Fallera, la presidenta, Luz Divina Torrico, recuerda el estado «lamentable» de la Alquería del Moro (declarada Bien de Interés Cultural) y la de la Torre.

El caso de Benimamet sigue las mismas pautas: chabolas cerca del Velódromo, solares y casas abandonados que, por ahora, no tienen okupas «aunque podría suceder», apunta Salvador Beltrán, de la entidad vecinal de esta zona.

Las alquerías abandonadas y en situación precaria se encuentran también en Malilla, donde los vecinos tienen constancia de la ocupación de unas alquerías próximas a La Fe. No obstante, no existen denuncias porque «no arman jaleo», según un dirigente vecinal.

Lo mismo sucede en San Marcelino, en la zona que linda con San Vicente, donde se ubican unas casas de labradores en la calle Jaime March. Al lado de la calle San Vicente, pero ya en la Cruz Cubierta, aparece el inmueble de la calle Moncayo, desalojado y vaciado a comienzos de esta semana.

Okupas longevos

El recorrido continúa en Patraix, que sufre el fenómeno okupa desde hace tiempo, según detalla el presidente vecinal Antonio Pla, quien recuerda también los edificios de la calle Martínez Aloy, vallados para evitar la caída de cascotes a la vía pública.

En San Isidro aparecen de nuevo los inmuebles abandonados, como la alquería del Maño, que está protegida y la Antigua Cooperativa de Labradores.

Otro punto conflictivo está en la pedanía de la Punta, donde hace ahora justo un año desalojaron varias alquerías que ya han vuelto a ocupar de forma ilegal en el camí del Valladar, junto a las vías del tren que separan la Ciudad de las Artes y Nazaret. «En la anterior ocasión quitaron más de 500 toneladas de basura y encontraron hasta cabras y gallos. Pero se han vuelto a meter en las casas. Viven hacinados y algunas casas tienen hasta el techo caído, pero ponen una lona y listo. Servicios Sociales deberían de ver en qué condiciones viven los niños. Además, cogen agua de las fuentes públicas», indica Vicente Romeu, de la Unió de la Punta.

Junto a la calle Sagunto y alrededor del mercado de San Pedro Nolasco «tapiaron unas casas porque están en ruinas y han ocupado ilegalmente las de al lado, en la calle Santa Isabel y lo que han hecho es hacer agujeros por dentro para comunicarlas. Y junto al jardín de Nino Bravo también hay casas ocupadas y las familias usan los solares de al lado para tender la ropa», explica Gregorio Sebastián, presidente de la asociación Zaidía.

Desde la asociación Rovella-Fuente de San Luis detallan que en la calle Pepita Serrador «hay un antiguo colegio que está sin uso y al final lo han acabado ocupando. Está lleno de suciedad. Empezaron a vivir unas nueve personas y cada vez se mete más gente. Hemos presentado quejas en el Ayuntamiento para que lo desalojen y le den un uso público al edificio, como un centro de salud, centro de día o de uso cultural», comenta Sebas Maeso.

En la asociación Devesa-Fuente de San Luis indican que las naves pegadas a las vías del tren están ocupadas. «Sólo se derribó una que estaba en riesgo de caer, donde murió arrollado un niño. Pero quedan algunas por tirar y Ferrovial y el Ayuntamiento se pasan la pelota. La gente que está viviendo allí almacena arquetas. Han desaparecido casi todas las del parque y en la calle Julián Gayarre con Escultor Pastor se han quedado sin luz porque se han llevado el cableado».

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